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L. . I
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P E R I ..O
S O C l A L I S· T A
D E
L O S
I N C A S
rvartos mtl.lare$ de indios (1), colocados en línea, a corta dis–
tancia ·unos de _otros, rod.eaban un vasto terrttorl.D
y·
se
diri–
gían hacta un punto central
o;~ando
la
·ca~a
delante de
~llos,
a.
gritos. Los a'!timales, encerrados en este
círcul~
infernal
que
t~a estrec~ándose
cada vez más, acababan por ser apre–
sados a mano, con redes. ·Se mataba a las bestias
peligrosas~
•
•
1
'
•
. ·
s·t
se capturaba una canttdad de vtcufta.s
y
4.e g.uanacos
.
aaztando
11
escupiendo- · al \ rostro de
los ca2adores, eran .
.cont·actos, es.qut'lados
y
puestos en libertad, salvo un peque–
fto número de
.
macho$, a los que se sacrificaba. ·Estos últt-
.
.,
·.
mos, así como to4as las bestias heridas, eran destinados al
co.~sumo.
Las hembras, como las de los .animales clomésti–
cos, se cons·ervaban,·
~o
se las ofrecía ;amás
~n
sa,crtttcio
(2) .
.
Recient·emeBte toq.av.ta_,
las batidas se hacían en la me–
seta según. l s costumbres a
igu s; sólo lós
trculos eran
ltr l
e
"mero de
r
de metros
e
desj~ladero.
.
,
.
r •..,.•
.,,_..,a o
eadores,
ve~
a cuer
s
n
ero era ne-
cesario. que no
s
encontras-e un guanaco entre ellas, porque
este .
~:tnimal,
mas atrevido, tranqueaba l(l cuerda
y
todas las
vtcufta~
lo segutan (3).
cazaban una vez al
~fio,
en el territorio de su
ayllu,
empleando el, mismo
· procedimiento del' .circulo de q\le hablamos en el ·texto, pero
no
diee sobre
qué documentos reposa su afirmación ("La existencia ... ",
p.
62).
Este
autor habla tamflién, según Matienzo, de cazadores de profesión que ha–
brían existido en ciertas provincias (ob. clt.,
p.
64).
Es
efCtrañ.o que los
otros
croni~tas
lo ignorasen. La caza .parece hBiber sido muy apreciada
entre los atacan;tas, pues en sus tumba,s
se
han encontrs4o arcos· y flechas
en cantidad. (Buschan,
"IZlustr
ierte VoZkerkund~
....
ob. cit., t.
I,
p. 413).
(1)
Z~ate
dice
4
ó
5.000,
Garcna.so20
ó
30.000,
Cieza
de León
50
ó
100.000
(Zárate,
~'H1Btoria",
lib,
_I, cap. 8.-
Garcilaso, "Comentarlos", lib. 6,
cap.
6.-.·
Qie~··de
León, "Crónica", segunda parte, cap.
16).
(2) Ondegardo,
"De
los errores
y
superstici-on,es". "Colección de libros
referen~s
a la hlstorla' del
Perú",
t.
S, p. 37
. Durret, en 1720, hace una
descripción análoga: "Las mujeres, dice, y los
niñ.osformStn parw de esta
caza
y
no son los que menos ' c.ontribuyen a
hacerlabuena con los gritos
y
aullidos que
lanzan~·
("Voyage de Marsetlle
á
Ltma...,
p. 207).
(3)
CQlp~rt,
"Des betes
"
Zaine des Andes et de Zeur accltm.atatton en
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