Table of Contents Table of Contents
Previous Page  137 / 224 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 137 / 224 Next Page
Page Background

S

E R'

G

I

O

Q

U

p

A D

Á.

J

A R A

119

'---------

monia hubo de repetirse todos los años el). los meses de oc–

tubre y noviembre y ofrendándole además su "mesa puesta"

consistente en las mejores frutas, cocaquinto, Hampo, cuti y

huaylur.

Y cuentan ,las tradiciones que de allí en adelante los ar·

tífices más finos del lugar se dedicaron a fabricar vasijas de

oro y plata para que en ella el Pullco extrajera el agua del

ajno. F;sto se repitió año tras año hasta que un día, víspe–

ras de que el Pullco fuera a contraer matrimonio, el audaz

chasqui bajó al fondo de la peña y no volvió a salir más. Se–

guramente fueron las celosas ñustas las que lo arrebataron

para siempre, de aquí que algunos creen que el Pullco sigue

todavía viviendo en las profundidas del manantial, aunque

otros afirman que al día siguiente de su desaparición lo vie–

ron correr desnudo hacia Huaranjayoj en cuyo seno cree11

que existe un castillo en el que abundan las pasñas bellas y

en sazón que esparcen pe1iumes entre los salones cuyas co–

lumnas son de oro y de plata.

Desde entonces los chasquis se redujeron a un pequeño

número que ya eran conocidos y diestros en la realización ele

estas ceremonias; por eso,, cuando había muchas sequías,

':.o .

dos los componentes del ayllu reunían sus centavos y el jefe

iba a hablarles llevándoles una botella de pisco que era para

el "rill).achicuy", una vez aceptado le dejaba otra botella pa,..

ra que vayan a ejecutar la ceremonia lo que se llama "puriri–

na" y además algunos soles de plata. -

En noches de luna llena dicen que algunos viajeros han

visto desfilar infinidad de vicuñas cargadas de oro por las

faldas de Huaranjayoj al extremo de que uno de ellos tuvo la

suerte de encontrarse dos cargas de ese metal precioso y co·

diciado porque a una vicuña desobediente el cerro le había

arrojado a la zanja.

Este cerro hace desaparecer a los twmbres que no creen

o dudan de su poder. En noches, cuando el cielo se reviste de

estrellas a miríadas el cerro personificado de viajero sale en

un hermoso caballo blanco en pos de doncellas simpáticas

para seducirlas ofreciéndolas dinero y palacios. Pero las mu–

chachas cuando se dan cuenta que es alguna tentación del

"