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diablo procuran hacer la señal de la cruz y dicen Jesús, en–

tonces desaparece el caballo con jinete y todo.

El cerro es muy celoso con sus vicuñas y se vale de las

nubes cuando

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algunos malvados cazadores quieren matarlas,

las nubes se interponen entre la vicuña y el cazador y le hace

desviar de camino. Pero como los cazadores le molestaban

demasiado un día se trasladó montado en su hermoso caba–

llo donde el Presidente de la República y se quejó de, la ma–

tanza de sus vicuñas, entonces el gobierno atendiendo favo–

rablemente la queja decretó que en adelante era prohibido

matar vicuñas.

Luego, dicen, cuando en la cima del cerro se sienta el "pu–

yu" (nube) es buena seña porque va a llover ...

Cuando Jos moradores señalan el ganado cortándoles un

pedazo de oreja de los carneros, ovejas, vaquillas, etc., estos

pedazos los colocan en un.a canastita de ichu, además llevan

"llampo" (cierta piedra especial colorada y molida) y coca–

quinto. La canastita va sobre la espalda de un hombre que

hace las veces de mulo y otro hombre hace de arriero; tam–

bién nombran dos o tres hombres que simulan ser "suas" 'lr!·

drones) que in.útilmente se esfuerzan en apodevarse de la ca–

qastita. El ar.riero acompañado de la comitiva canta al com–

pás de' una corneta, llamada "huajra", el tono de la "erranza" :

"canelay, pimientay tú nomás estás sabiendo quién es mi

enamorada", etc. Así llegan a la falda del cerro Huaranj'ayoj

donde se hallan piedras especiales que más o menos figuran

o tienen el aspecto ya sea de una oveja, carnero o toro. En–

tonces sacan por ejemplo la señal de la oveja y se acercan

a la piedra que tiene la misma figura y le rocían un poco de

aguardiente y otro pocq arrojan al aire gritando fuertemente :

¡"pacha mama! " (madre tierra!). Lo mismo hacen al lado de

las otras piedras, luego a un ladito cavando un pequeño hue–

co entierran la coca

y

el llampo. Después se encaminan hacia

la punta del cerro, pero, para que no les "agarre el cerro" to–

man un buen copón de trago con un poco de llampo. Y entre

el toque de la "huajra", el canto y el" pisco cada uno de los

presentes colocan una piedra sobre otra formando más o me–

p.os

una columna hasta que llegue al tamaño de la persona