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Desde entonces todo arriero indígena hace su pequeña
paseana en aquél Jugar para que, chakchando su coquita y
ofreciendo estas hojas mastiéadas o "jachu-lajay", le vaya fe··
liz y llegue sin novedad al lugar de su destino.
LA FORMACION DE IZCUCHACA
En tiempos remotos dicen que de la Costa venían dos enor–
me:; piedras, una cálida y otra templada. El río Mantaro había
anunciado que el clima de esa región dependía del atraco de
una de las piedras. La suerte hizo que la cálida siguiera rodan–
do hasta más al interior y creó la montaña. En cambio, hll–
biéndose quedado la piedra templada no fué posible que
lo~
árboles fueran gigantescos.
HUIRAY LLAJTA
Dicen que en tiempos muy remotos hubo una serie de
plagas con el fin de castigar a los .antecesores que eran los
"abuelos" o "gentiles". Pero estos como los diablos todo !o
sabían porque eran brujos.
Un día apareció el hambre procurando desaparecer a es–
tos hombres pero fué imposible porque estaban prevenidcl'.
Hubo una época en que el agua inundó las casas pero
como los gentiles construyeron pequeñas casitas flotantes, se
salvaron. Luego sufrió la tierra una serie de catacli.smos al
extremo de abrirse la tierra formando inmensos abismos, per1i
ellos para comunicarse construyeron puentes colgantes.
Pero al fin apareció "iscay Inti", es decir, dos "Soles". Y
como los gentiles saJ::>ian que con el
i~tenso
calor no tenían es–
capatoria alguna, antes de resignarse a morir, destruyeron sus
utensilios y escondieron sus alhajas.
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