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ALGUNAS LEYENDAS
En esta región andina, cuatquier distrito, pueblo, anexo
o villa, al lado de una casona donde funciona el Municipio,
rezago de Cabildo, se levanta la casa de Dios, por supuesto
antes que nada, no importa que no tenga una escuela, perc,
que no falte la iglesia, el alimento espiritual, la salyación de
las almas. Sí, la religión como cuestión previa, antes que el
templo del saber. Alegría, servilismo y ganancia de algunos:
los ministros de Cristo, que abogan por la salvación de las
a lmas pecadoras. Pero, ¿qué pecado? Sí, el pecado de creer
en el pecado del pecado que no cometen.
Bien, esto era in illo tempere, y si todavía, en algunas
apartadas regiones de Huancavelica, los indios siguen en' -
yendo, ya poco significa.
Pero, vamos a la leyenda.
A) .-Hay iglesía, pero falta asignarle -dicen- el patró'l
o patrona del lugar que sea la señal de distinción de los de–
más pueblos. Y se teje la leyenda.
Una vez celebrando una fiesta religiosa en Manzanayoj
(anexo de Aneo) prepararon un trono y colocaron un cuadro
de la Vírgen y no sé si por negligencia o dolo se incendió el
trono y desapareció el cuadro. AlaPmada la comunidad creyó
que se había ido al cerro de "Millpo", tomando la dirección
del camino del Inca, por las alturas del Paucarbamba. Un vív.–
jero de esos\ resabidos y graciosos, sabedor
d~
esta inquietud
alarmante del pueblo, quiso darles una feliz sorpresa y pro–
pagó que él había visto a la Virgen en una peña, al lado del
cerro de "Millpo". Posiblemente sus traviesas manos t,razaron
algunas líneas de mujer con un gran rosario. Del pueblo de
·Manzanayoj salieron varias personas en peregrinación, dis–
putándose el i+onor
cte
localizarla. Vnos retrocedian f<i.tigados