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muerte."
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Y el ángel fué delante de mí guiándome
hasta que al llegar a una encrucijada me dijo estas palabras:
"Tú
sigue el camino que va a tu derecha."
Esto fué lo que contó aquella mujer después de volver
de nuevo a la vida. [11] Y entonces r ezó, empezando por la
señal de la cruz, el Padrenuestro, iel Avemaría
y
el Credo tal
como se lo había enseñado !la Santísima Virgen, con gran ad–
miración de todos los que antes hrubían podido comprobar que
ni aun
fa
señal de la cruz sabía hacer. [12] De todo
fo
cual
fueron testigos seis judíos
y
muchos españoles.
·Refiere esto el P. Gregorio López, de la Compañía de
Jesús, Prefecto de éstos P. P., en su libro acerca de las Islas
Filipinas.
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