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cronista, se desarrolló sin duda en las pequeñas ciudades o aldeas, donde aque–

Jlos no existían. Refiriéndose a los enfermos que andaban ambulatoriamente, que

.sufrían grandes penalidades, y hambres, dice lo siguiente: "Conzederación obra

de la caridad q' tienen los yñs deste rreyno con sus progimos y anci comen en

la plaza publica por dalle de comer a los pobres enfermos y de las buenas obras

de misericordia- corpachanqui" .. .... Fig. 21.

" . .. .. . y en todo el rreyno ay des tos pobres tullidos q' pasan muy gran-

des trabajos por culpa· del corregr, y comendero y casique prencipal . .. .. . los

yñs tullidos mancos y biejos q' no tiene que comer ni tiene quien les de agua lena

aunque tengan haziendas de plata ganados ...... hospitales tomín q' manda pa-

gar su magestad a los dhos yñs-el ganado se los come el padre y corregidor y co-

mendero . . .... y el tomín q' pagan conello granjea los corregidores y dello e les

dan uino uinagre y pasas. . . . "Exagerando la nota nuestro autor con respecto

a la dictadura española, hacer ver que el tomín del hospital, impuesto que paga–

ban los indios para contribuir a su sostenimiento, iba a dar a manos extrañas.

En la relación puntualizada de los visitadores españoles, dice: "y aci no

es justo q' . entre a poder dellos y q' tengan dho hospital aderesado y pintado la

puerta de los sanctas san cosme y san damian porq' conoscan q' es hospital y den-

tro tenga su altar para q' reciua al sanctisimo . . .. .. "

La industria minera durante la Colonia, adquirió una enorme importancia,

auri sacra james!

En el laboreo de las minas no se protejía en forma alguna el

capital humano, formado primeramente por indígenas, y luego por negros impor–

tados, que en ningún momento se pudieron aclimatar a las duras condiciones del

trabajo minero. De la poca higiene, como de las influencias mismas de los meta–

les, se originaban numerosas intoxicaciones. Yo he identificado anteriormente la

jntoxicación mercurial y saturnina, con el cortejo de manifestaciones pulmo–

nares y nervwsas.

Nuestro autor nos trae muy interesantes citas a este respecto, citas que ya

las hemos utilizado anteriormente en nuestro trabajo sobre

Las enfermedades

nerviosas en el Coloniaje.

Dice: "que los indios azogados o enfermos que alquilen a las minas . ... . .

pagandoles ciete patagones .. ... . no se ha de conseguir a que alquilen cino a los

azogados que en bolbiendo a trauajar a las minas luego se muerren y asi no lo

conciente a que trauaje el indio azogado ni es justo que le engañe ... . .. ". Estos

indios que antes habían sufrido la influencia del polvillo del metal, eran los azo–

gados, portadores de un proceso crónico, luego que reingresaban al trabajo, morían

por efecto de la misma intoxicación crónica producida por el metal.

Prosigue en su descripción y en los ca tigos impuestos a los indios que tra–

bajaban en ellos: "como no se ha de murir ni estar enfermo azogado ni pasar

trauajo en dhas minas los yñs des te rreyno .. .... lo primero reciuen de los mine-

ros y de las justicias q' entran allí los quelga de los pies y les azotan colgando la

guerguenza ... ... " Fig. 22.

"En las minas de guancavelica de azogue en donde tiene tanto cas tigo

los indios pobres reciuen tormentos y mucho muerte ...... "

"Que los yñs jóvenes de veinte anos no entren a ningún socabón de las mi–

llas de azogue porq' como son de tierna edad

y

muchacho luego le da azogado