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más el uso de los estupefacientes, que no fué raro en el antiguo Perú, crea un cier–

to estado de alucinación. Tal pasa con

ei

abuso del peyotl en México, que trae

consigo extraordinarias alucinaciones; visiones luminosas, centellas etc. Conoce–

-mos por la patología, que los sujetos sometidos al ayuno padecen fenómenos de

autointoxicación; exitación, alucinaciones etc. Del lado

ner~ioso

pueden ejecu–

tar movimientos hasta danzas como aquellas de los derviches entre mahometa

nos. ¿No sería esto nos preguntamos, algo análogo a la taqui oncoy o danza de

los indígenas, que Valdizán atribuye a la corea epidémica?

Durante el tiempo de la penitencia, no podían hacer fiesta, ni bailar, ni

tener accesos a la mujer, ni comer sal, ají, carne o fruta, ni beber chicha. Sólo era

permitido el tomar maíz blanco.

IV

El estudio de las diversas enfermedades, de su distribución, de las epi–

demias, etc. etc. es sumamente interesante en esta obra. La etiología de ellas

es bien simplista. Eran causadas por agentes físicos, calor o frío. "y dizen q'

todas las enfermedades proceden de dos cosas q' tienen los hon bres calor o frío".

En aquel régimen patriarcal para Guamán Poma,

los

hombres vivían muchos

años, con una buena dieta, no comiendo "cosa de miel, sal ni agí". Purgándose

periódicamente con "bilcatauri", no sangrándose, ni bebiendo vinagre, ni te–

niendo acceso carnal, hasta los cincuenta años, "de como estos yngas y demás

gentes prencipales y yñs particulares antigua gente hizo y acrecentó su salud y

uida como duraron doscientos y ciento cincuenta años?" (1) Luego añade para

intentar ser verídico, la regla higiénica que eguían: "tenían por regla de criar

sus hijos, cuando muchacho no le dexaua comer cosa de sebo ni cosa de miel ni

agi ni sal ni uinagre ni le daxauan ueuer chicha ni dormir con muger hasta tener

cincuenta años ni se sangrauan y se purgauan con tres pares de bilcatauri y otro

tanto que pesase de macay tomaua por la boca la mitad y la mitad se echaua me-

lecina conesto aumentaua salud ... . .. "

El estudio de las constituciones médicas a travéz de este libro es muy im–

portante. Da idea de la extensión en América de las doctrinas de Maximiliano

Stoll, como de la variada patología del Tahuantinsuyo. Estas mismas doctrinas

de Stoll, las encontramos en los clásicos de fines de la Colonia, Unánue, Valdés,

Bueno, Tafur, etc.

Refiriéndose a enero dice: «En este mes no an de comer mucha verdura

ni los ninos no coman porq' dan camaras de sangre y se mueren los biejos y ninos

y andan pistilencias umidades gota y melancolía mal de corazón

y

frialdades

y

en los llanos gran enfermedad y se a de guardar los zerranos de calenturas y frío

camaras de sangre mal de ualles".

Para setiembre,

el

mismo mes en que anteriormente se verificaba la Citua,

dice: "andan muy listas pistilencias y enfermedades y muerte y carga mucho

(1).- Es un hecho clínico corriente, ser rara la hipertensión arterial

y

por

tanto la ar"'terioesclerosis entre los indios.