~-63
-:--
des, cuyo non1hre, U rioste
de
la Borda, nos ha le.–
gado la
tradición
(1). A
~u
vez la
diócesis
del
C'uzco
la gobernaba sabiatnente el
Ihno, Sr. Obis–
po Dr.
Manuel
l\!lolinedo Angulo, que durante
su
largo pontificado
de
1673 a 1699 dejó recuerdos
i1nperecedet·os de
su
apostolado fecund.o.
·
Quiso, pués el Senor,
1nanifestar?e
por
prin1era
vez
en las
soledades
de
Huancél,
cuan~o
estos dos
Pastores,
de
al1na
grande y generosa
gobern(;lban
Ja
diócesis
cuzqueña el uno
y
la
feligresia
de
Chin–
cheros
el
otro.
f>ero no
debemos
pasar adelante
sin consagrar
un
recuerdo
a los dos dignos pastores
·escogidos ·
po·r
Dios, el primero,
para ·
n1anifestársele en
su se–
gunda aparición
después
de
haber dispuesto debi–
da111ente
a
Quispe
y
a
su
fan111ia
y
el
segunrlo,
pa1·a
que corno Obispó de la Diósis
favoreciera,
y
pern1i–
tiera
la
divulgació·n
de su
culto
y .
añadiera· con
ello una
perla
1ná.s
a la corona de su glorioso pon–
tificado.
Respecto al cura de la Borda, fuera de lo que
dice la tradición que era un
santo
sacerdote, no
hay tnás
datos
acerca de
su persona.
Poden1os
si
creer
que perteneció a la distinguida familia
de
la
I~orda,
que
dió al foro, al clero
y
a las
letras
nun1e–
rosos
mien1bros
[2].
La
I->rovincia
Mercedaria del Cuzco
contó
tam–
bién entre
sus religiosos,· por
aquellos
tien1pos
al–
gunos f>adres de Ja Borda, sobresaliendo entre es-
. tü's el P.
Diego qu·e ocupó
v:-trios cargos de alta··
1.;espónsahilidad como el de M.aestro de
I~ovicos.
En· eua n
to
a D
~
1\1 anti e
1
de l\t1 o 11 ine
do
y
An
g
n
4
lo, d
u.óc.lécimo Obispo del Cuzco que fué
uno de los
f
11 Por máFi
q
ne hemos
lmsca.doAn
f'l a.rch
i
·ro parroqni:a.1
d~
\,}1i
n–
·herns· nacla hemos
encontra
do concerni enté a
este
pá.rroc~·.
f>Uell!
faltDn
lo~
1íbl'os de ese tit!mpo -
. . 'f
2)
n..
Juan
dt-> la
Bordn
rnn()r1ig:o
d e Ja l'ateor] df'l Cnzi'O c1
añ o
1 717: D. M
a.nut-'1
de la Bul'da And
ia ,
E sc ribana de Su Ma geetacl . en
d
l'tY.l<;O
en )
703.
)