ESTUDlOS lNCAlCOS
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Blas Valera, colige que el inca Garcilaso recibi6
integra
la
obra, pues el conde de Essex, jefe de los
ingleses asaltantes de Cadiz, permiti6 a los jesuitas
que saliesen antes del asalto, llevandose sus libros
y papeles.
En cualquier forma que la haya recibido,
la
Historia
de Blas Valera fue un documento utilisi–
mo para refrescar e ilustrar al que escribia sobre
recuerdos harto lejanos. El ya citado erudito Gon–
zalez de la Rosa va en este punto hasta a acusar
de plagio al inca. Sohre esto, ha escrito larga y se–
renamente, con acopio de datos, Jose de la Riva
Agiiero, en su libro
La historia en el Peru,
escri–
tor peruano contemporaneo y una verdadera auto–
ridad en la materia. Jose de la Riva Agiiero libra
de la acusaci6n de plagio al autor de los
Comen–
tarios,
pero abre iun debate nuevo: Para el, Blas
Valera no es el
Jesuita An6nimo.
Y da muchas y
fuertes razones que, en rigor, aunque no hayan
prosperado en el criterio general, merece tomarse–
las en cuenta, y disc.utirlas.
LA OBRA DEL
JESUiTA AN6NIMO
Perdidos su
Histocia
y su
Vocabulario,
pues
de ambos no se conoce'n hasta ahora mas que los
fragmentos que dan Garcilaso y Montesinos, debe
estudiarse a Blas Valera por su
Relacion. de las cos–
tumbres antigilas de los naturales del Piru
(
1
ra.