ESTUD/OS /N CA JCOS
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ban desaparecido de California, y pronto desapa–
recerfo de las costas de Alaska. Tanto se las ha
perseguido, que el animal, en su lucha de defensa,
se ha visto forzado a cambiar de costumbre, hecho
notable de adaptaci6n al medio. La nutria ya no
sale a descansar a la playa, lo bace en las rocas o
en las masas de algas flotantes, mar adentro.
El canguro seri pronto una especie desapareci–
da. El bisonte ya no vive en manadas. Se le ha
matado en vez de domesticarsele, ya que era po–
sible bacer o, como lo realiz6 una colonia religiosa
establecida en la America del Norte, en el siglo
XVIII.
Hay mas aun: si es cierto que el hombre ha con–
seguido domesticar al reno, al camello o a la
llama,
y aun aclimatar espedes en regiones distintas, tam–
bien es cierto que animales, antiguamente domes–
ticados, ban vuelto al estado salvaje; en Egipto,
en el antiguo Imperio, se babia domesticado al an–
tilope, al que se criaba en nutridos rebafios, y una
cierta especie de perro, llamado
hienoide
por su
similitud con la biena, el cual prestaba sus servi–
cios como cazador en jauria.
Estos hechos, que bablan muy en contra de la
sabiduria bumana, que, por abandono, como es
el caso de las especies domesticadas que vuelven al
salvajismo, pierde una · infinita probabilidad de
riqueza, solo por lograr, inmediatamente, la me–
nor parte.
En 1900, alarmados los gobiernos de las nacio-