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de las principales preocupac1ones del
verda~
dero maestro.
La extirpaci6n de los defectos del le.n–
guaje comienza desde el momento en que
el
alumno realiza los ejercicios orales y escritos;
eh
seguida el maestro procede a la correcci6n
de la mala pronunciaci6n y las construccio–
nes defectuosas; despuse de esta practica, vie–
ne la iniciaci6n de
lo~
conocimientos grama–
ticales. En estos periodos de la ensei1anza del
lenguaj·e, cabe muy bien la aplicaci6n de las
sugestiones y de las pruebas ofrecidas en el
trabajo del senor Chavez, para cuya finalidad
el maestro debera tener a su alcance dicho
trabajo, a manera de un dicionario. El alum–
no podra entonces entrar a la enseiianza de
la grnmatica, manejando el castellano depu–
rado de los vicios a que nos hemos referido
ya. Y es tanta mayor nuestra recomendaci6n
en favor de tal medida, cuanto que
el
len–
guaje ocupa un lugar culminante en todas las
materias relacionadas con la enseiianza en· ge–
neral.
Comprendiendolo asf, el senor Chavez ha
abordado en su obrita una tarea trascendente,
que le han de agradecer maestro y disdpu–
los. Y en verdad que no solo ellos, sino la
colectividad general, porque al bien de ella
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