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e rie de graves cargos, entre ellos : que se apoderó de
los bienes de Gonzalo de Abreu; que «fueron yn tolera–
ble las crueles pri iones que dio a muchas personas y
grandes los robos a títulos d e secrestos de bienes e de yn–
dios ...
» ;
que « quando perseguia a lo·s vecinos no les
de aua estaca en pared y hasta los
p iantes
e
1namantes
les q uitaua las amas que les dauan leche
y
morian de
ambre los niños ...
» ;
que «fue general perseguidor desta
santa yglesia
y
del onispo e ministros della ...
» ;
que
« solto los presos qirn estanan en la carcel y prendio los
libres ...
»;
que «dio en quitar los yndios a los vecinos y
q nitauaselos a vnos para darlos a otros ...
» ;
que « hera
tan mal dicente que no quedaua ombre bueno ni muger
de su boca desde el alcalde
~asta
el carcelero y en sus
baruas decia a los conquistadores de
cor1iit.dos
e
velliacos
e
.ynfames
y
otras palabras amagandoles con la mano
y
to–
mando a otros las espadas de la cinta y desenbainandolas
para enbestir con otros ...
»;
etc. (T u
LA
CERBÍN,
op.).
(72) Mas p arece que el mérito de Lerma por tal fun–
dación no fué muy grande. Pues, si por un lado, dicho
fnn<lador se habría presentado ante el Rey de España
«diciendo que la poblazon que se hizo en este valle de
salta la avía hecho a su costa y minsion -en la qual avía
gastado mucha suma de pesos de oro» ; por otro
1
con una
información
del Cabildo de Salta
(op.)
se comprueba:
que Lerma r eapzó la fundación de referencia enteramente
a costa
«de las ciudades de santiago del estero san miguel
de tucuman esteco
y
cor doua »; que «no hizo mas que
poblar esta ciudad [de Salta]
y
hazer el fuerte de ella
y
recoger la comida que pudo y al cabo de cinco meses des–
puef)
que uvo acabado el fuerte se fue a 1a ciudad de
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