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Los pobres indios ... - .
Los pobres indios eran
tan esquilmados en aquel entonces por sus patrones,
los encomenderos, que su número iba en decreci–
miento cada v,_ez mayor. Velasco aseguraba
que,
desde 8
años atrás, faltaban ya más
<le 10.000.
De
éstos, unos fneron llevados al Perú, otros a Chile.
En Cha.reas, no más, había como unos
4000,
todos
ellos casados en Tucumán y vueltos a casar allá.
Muchos españoles los llevaban al Perú para
t rooa
,._
los
por 'paño o seda' que necesitaban, o bien los
alquilaban, «como si fueran mulas de alquiler,
de
diez en diez y de veinte en veinte, sin pagarles su
trabajo ni
clalles unos
alpargates para el camino»,
- cómo decía Ramírez Velasco
(op. cit.).
Para cor–
tar
estos
ab_psos, dispuso . entonces él, que a todo
indio1alquilado se le pagase un iornal de
1
real por
día y la comida. Obligó también, por
me~io
del Juez
de Registro, q ne todo indio sacado fuera de la gober–
nación fuese devuelto en el término máximo de 6
m_ese~.
Para esto debfa ser presentado a dicho
Ju~z
tanto al
ir
con:io al volver? para la anotación corres–
pondiente del nombre
y
de las señas. Debía éste
comprobar, además,
sj
se le había pagado el sal-ario
o la soldada debida por el viaje. Por cada indio que
faltare a la vuelta ·debía abonarse una
mul~a
de
100
'pesos ensayados' - cuenta el gobernador...
6.
Cera
y
cordobanes.
-
La cera, que antes abun–
daba, escaseaba tanto que no alcanzaba ya ni para
~'el
servicio de las iglesias '. Su precio, por consi-