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mo, lo hizo atormentar hasta que murió (febrero de
1581) (70).
2.
Gobierno despótico de Lerma.
-
Bernando de
Lerma se mostró cruel con todos, afrentando a unos
y otros con obras y palabras, desterrándolos o en–
carcelándolos por cualquier motivo (71) . Ni a los
sacerdotes respetó, faltando las consideraciones de–
bi las, entre otros al obispo
fray
Francisco de Vito–
ria, que en ese tiempo arribó a Tucumán. -
3.
Fundación de Salta.
-
Sin embargo, Lerma ha
salvado su nombre con una fundación : la de
Sal–
ta
(72). Ella tuvo lugar el 16 de abril de 1582, con
la designación de
(
Ciudad de L erma
en el valle de
Salta, provincia de Tucumán'. Según Lozano,« nom–
bró por primeros alcaldes al capitán Gerónimo Gar–
cía de la J ena [por Jara], vecino de Santiago del
E st ro, y a Juan Vizcaíno, vecino de Tala.vera; regi–
dores, a Pedro Payá.n, J nan Fajardo, Francisco
Mor án de la Cerda., Diego Martínez y Juan Gonzá-
1
z; procurador, Juan Saltur con voz y voto en el
Cabildo»
(op.}
t.
I V,
pág. 364). Puera de éstos cita
a los siguientes fundadores :
«
Andrés de Arteaga,
Antonio de Al aro, Antonio Alvarez, Antonio de
Mota, Bartolomé Miguel, Bartolomé Valero, Oristo–
bal de Bocanegra, Diego Sánchez, Esteban de Ama–
ya, Francisco de Aguirre, Gonzalo de Tapia, Juan
de ....
~guirre,
Juan de Herrera, Juan Rodríguez Pina–
co [o Pinoco], Juan Palomino, Juan de Baena, Lo-
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