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l!JXPLORACION E INCIDENTES DE VIAJE
pendiente y el agua es distrib.uícla por un siRtema de cana–
les, cada uno de
.lo~
cuales riega una sede de andenes que
se extienden por el
frente
y
los costados de los centrales,
adoptando todas las fo1·mas pot'ibles, circulares y rectangu–
lares, en gradientes como las PirámidPs, y en fo¡·ma tan
perfecta, qwe el agna del arl'Oyo se diRtribuye por igual so–
bre todas ellas, y
de~pués
es conducida para irrigar las an–
chas alas que se extienden en largas y hermosas filas, ul
pie de las montañas, río arriba y río abajo. La spr·ie
centr~:~.l
de terrazas. la que se eleva a más altu1·a y la qne
111ás
!'e in.:
terna en la llanura, está fon1Jada pl'incipalmente
de
áreas
rectang·ulares con ba tien tes en los flancos,
llenas de la tie–
rra más rica,
y
límpias fle piedr·as. En ellas crece el
maíz
blanco
de Yucay, el más noble de los cereales nativos.
En una de estas áreas, rodea<lo de auchas t.errazas qué
se extendían en gt·aciosa perspectiva, con
los aitJOS g·lacia–
res de Calca en el fondo y el corte \·ertical ele la meséta en–
frente-muy alto entre dos andenes, en nn sitio de donde la
vista do nina 2:rancles oecciones del valle fecundo y del río
COn
SU!?!
remans'os lustrOSOS y
SUS
rápidos arremoiinados,.
circundado por altos pisouaes de hojas siempre verdes
y
flores brillantes de C'Olor ele naranja, eJlCPndidas · como el
crepftsculo, en medio ue baños
y
fuentes en que susurraba
y
caía el agua-estaba el Palacio
d~
Yerano de los Incas.
Sólo unos cuantos -tristes resto indican el lug-ar que ocu–
paba y la perfección de sa arquitectnr·a.
Lal"
piedras deli–
cadamente labradas de que estuvo const.ruido, se empl'3a–
ron para la construcción de las iglesias vecinas de Huay–
Jlahamba, Calca, Urquillos y Urubamba
y
de los conventos
que los E!acerd
otes guerreros de la Conquista no tardaron
en fundar en el
fért.tly
confortante valle de Yncn.y. No hay
aquí ni un palmo de terreno que no se ntilice; toda la tierra
está. artifiiciosamente regada. El snelo eR rico, y el dima,
no obstante esta1·
~1
valle rodeado por
altas montañas ne–
vadas, es suave
y
deleitoso. No sonr·ie
t-mt.re los rigores de
los Andes un lugar m?í.s her·moso que
est.~.
Comencé mis exploraciones por la ciudnd rle Urubam–
ba (llanura de la araña) , la, 1:apital de la producía a la que
sce ingTesa por un elevado pnente de piedr·a de noventa pies
de luz ..
Y
por en medio de una doble hilem de gig·autescos
1muces
(1).
La ciudad es igual' que todas las demás de la
\1) El puente de piedra: se ca.yó ·hace unc.s treinta años
y
en su
lugu· se colocó primero uno de alambre
y
después otro de hierro.
... JS.
del
T.