Previous Page  112 / 206 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 112 / 206 Next Page
Page Background

88

EXPLORACION E INCIDENTES DE VIAJE -----

de

juntar las piedras que h3:bían desmoronado: m11s fácil

es destruir que editicar.

En la vecindad de Chinchero hay grandes rocas talla–

das semejantes a la!'! de Saosahuarnan, más bellamente la–

bradas si fuera posible

y

tan enigmátkas co111o aquellas.

La más interesante es una de piedr.a calcárea cortada en

gradientes y con una gran protubentncia como el pedestal

de una estatua, sobre la cual, está grabada en alto

relie~

ve la

figurad~

un puma yacente, con uno de

su~

cachorros

ent.re

~as

pierna;s

~amo

si estuviera

mam~tnJo.

El

dise~o

y

· la actitud

~:~e

d1stmguen pei'O los detalles se han pe1'd1do,

puesto que es costumbre de los chicos del

puel~lo

anojar

piedra!:! contra el

gato de

Jos

gentiles.

Las manos de· los

antiguos curas, probablemente, dañaron mucho la obl'a.(l)

Dos legua& más allá de Chiuchero llegamos al abrup–

to borde de la 111eseta en ·que se encuentra

y

contemplamos

casi verticalmente debajo el valle de Yucay a 40 .)0 pies ue

profundidad. Aquí el viajero ·se detüme instintivamente,

pues el paisaje que se le presenta es nunca visto e insupe–

rable en lidlert:a o grandiosidad. En frente se eleva el gigan–

tesco ramal de lgs Andes que separa: los va.Hes de Vilcarna–

yo

y

Paucartamoo con

abrupto~:~ declive~

de roca desnuda,

altos picos nevados y argentados glaciares, puntiagudos

brillantes, atstintos, excepto cqand0 las nubes se elevan de

su vertiente oriental aTa disolversé en ráfagas de hielo en

la cumbre. Los grandes picos de Chicón, Huacahuasi y <;u.l–

ca (le hierguen con majestad s6lo coro parable a la del enor–

me Sorata y con la impetuosidad de los picos Alpinos

Jung–

frau, Eiger

y

Matterhorn. Los glaciares que se encuentran

entre ellos tienen una extensión comparada con !oH de los

Alpes, como la de una pradera del Oeste

~o

relación con .u-

na vega del valle de Nueva Inglaterra. .

· .

Desde la cresta resplanrleciente de estas excelsa¡> mon–

tañas, la vista desciende pasando por todos los matices de

sombra

y

color, salv;.mdo barrancos y precipicios, haRta

que se posa sobre los elegantes

twdenes

o

t~nazas

de

J,>,

renornbrados

jardit~es

de Yucay. Estos Be extiE:nden en cur–

vas que circundan la base de las montañas o se proyectan

hacia el estrecho valle en el que se desliza el río Vilcamayo,

en todas las conibinaciones del trazado geométrico. Auoque

estamos en la mitad del inYierno, cuando las mieses han

sido cosechadas, sin embargo, el valle es alegrado por . gru–

pos de árboles. huertos y setos vivos que definen los con-

(1) 5iendo raras las eséulturas resulta interesante encontrar una lla–

ml'ta

en el

muród~

las "siete culebras" del

~uzco.-N .

del T.