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LA ESFINGE INDIANA
siempre, la papa (en muchas variedades), la quinoa
(Chenopodium)
y
la oca (
Oxalis tuberosa)
".
Para estudiar convenientemente los datos runidos por el Dr. Kühn
y las constataciones de los geógrafos Bowman y Hann, be repro'clucido
en estas páginas un mapa que indica la precipitación anual en Sudamé–
rica, recalcándolo sobre la carta de
Voss
(XXIII, Platte I) • Muy fá–
cil le resulta al lector ubicar el lago Titicaca en la faja que comprende
Buenos Aires, gran parte de Santa Fe y Entre Ríos, lo que indica que
recibe anualmente tantos milímetros de lluvia, cuantos· reciben las pro–
vincias más acentuadamente cerealistas de la Argentina.
He deseado igualmente abundar en comprobaciones gráficas de ca–
rácter irrefutable y moderno, al respecto de la pretendida tierra maldita
~
inhospitalaria. Nuestro mapa A reproduce fotográficamente la carta
construída por los geógrafos norteamericanos de la "Am. Geogr. Soc."
para evidenciar las varias culturas agrícolas y el <iprovecbamiento del te–
rritorio puesto alrededor del lago Titicaca (sur) entre el oceano. y la
Puna. (XVIII, PI. I). El mapa siguiente reproduce otra carta en que
se indican las densidades de poblacjón. (XVIII, PI. II) Ambos traba–
jos tienen por finalidad los estudios para
el
"MaH of Hisp'ánic A.merica".
Bas a echar u a m'r-ada a los dos mapas para ver, por medio de los
tintes ípsomét icos que:
í •
los bordes del lago, y toda la meseta que
comprende Tiahuanaco constituyen la zona m.ffes extensa de agricultura
en todas las tierras representadas en el mapa; 2• c
¡i.uesi se exceptúan las
manchas de lgs bafiitados urbanos (ciudades de Are<!J.Uii;>a, y Cocbabam–
ba), ninguna área del mapa contiene una masa de población más exten-·
sa y más densificada que la que ocupa y explota los terrenos del Titicaca.
El lector puede juzgar ahora si en lo ·que concierne a la cronología la
"literatura tibuanaca" tiene algún valor para sentar las bases de juicios
o indagaciones conducidas con seriedad, o si, en . cambio, necesita hacer
tabula rasa,
y abrir una época nueva de observación y recolección de
datos.
Los curiosos procederes mentales· que hemos seguido hasta ahora
obedecen visiblemente a una misma tendencia: aislar Tiahuanaco del
cuadro general de las civilizaciones prehistóricas, con la finalidad de ubi–
car en él una actividad humana hiperbólicamente excelsa y remota.
Pero la construcción probativa y concreta que, en este mismo sen–
tido, ha ejercido una influencia todavía mayor que las anteriores, es
el .
cálculo astronómico de Posnansky, quien afirma, sobre la base de con–
sideraciones matemáticas, que Tiahuanaco fué edificada anteriormente al
décimo milenario antes de Cristo, puesto que sus edificios más recientes
son del
NOVENO
milenario a. C. ( 10.600 años a partir de hoy).