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n-
ilurninaron la ciudad con sangrientos ful–
gores.
En Kasana el Inka tenía en
su
torno a
· los grandes generales. Después del refri ..
gerio, comenzó el relato de
la
expedición
por
Kápaj ·
Yupanki.
--'-En aquellas tierras infecundas- co–
menzó a decir--las gentes que viven son
inferiores a las nuestras; no trabajan los
hombres, holgazanes
y
soberbios; arras–
tran su existencia entre placeres mons–
truosos
y
vicios increíbles; no van nun-·
ca a pie sino e:n hamacas; las n1ujeres
laboran
la tierra
poca
y
pobrísima
que
se
o.provecha a 1
orillas
de los pequeños
,
r1os.
-¡,Y
cómo resistieron siendo tan co-.
bardes?-
interrun1pió
el
Inka..
-Señor: esas gentes son fieras
y
bra~
vas cuando de su independencia se trata.
Luchan
con10
mujeres,
desesperadamen~
te..
'
Y prosiguió su relato.
El Inka hizo después comparecer a los
dos
jóvenes
capitanes Paukar
y
Kusipun1a.
Ambos
saluda.ron
al rei con decorosa
humildad·,
pertnaneciendo inclinados an -