la oquedad sombría de los ritos inhumanos,
ya no el muro de bloques desmesurados,
ya
(no el · totem de la auquenia gigante.
Es la
figura apolínea del Inka, es el culto bélico
. bajo el gran cielo añil; es la pulida muralla
de sillares isódomos, es
el
llama
de
femeni–
nas esbelteces, de elegante esguince.
Simetría, solidez, · sencillez- lo dij o
ya
Humboldt-caracterizan la arquitectura In-
ka.
·
·
Po.r doquiera hallemos un trozo de pared,
en esas_cuantas piedras se vacía el espíritu
de la vieja cultura.
·
El Intiwasi, sanctosanctorum de la Ciu- .
dad, con sus cin,co recintos decorados de me–
tales preciosos con la to'rre cónica _a manera
de atalaya
lo. altos andenes circundan–
tes qu,e aislan la morada de los dioses de las
rúas y los caminos; el Intiwasi, suma y com–
pendio de las perfec-ciones arquitecturales, es
la más preciada joya del tiempo
i~kaico.
El
español mancilló su originalidad y belleza,
fragmentando, destruyendo con bárbara sa..
ña la suntuosa mansión del Señor del Díat
.
sobre cuyas ruinas edificó de barro vil, de
cascote, de ruines pedruzcos la iglesia
y
con–
vento de Santo
Domingo~
Amaru-kancha, Kasana,
Kiiswar-kan·cha,
Jatu_n-kancha, Pukamarka., ...
~ residencia~
magní~~cas
de la realeza, de
éllas
sólo quedan
pequefios lienzos de muralla, dispersos
silla·