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tienes las abruptas sierras- de la Sierra
Morena y todos los aspectos de la Antigua
Castilla; brillaron en tus calles, con trá–
gico resplandor, las hojas que
se
forjaron
en Sevilla y en Toledo, conservas con la
pátina del tiempo la adarga y el lanz n,
durmiendo en los trofeos bajo el lienzo
in–
mortal de Greco o de Velásquez; ciudad
esplendorosa, llenas están las crónica de
la po1npa
y
del lujo refinado de tu noble
estirpe: tienes por abolengo el Sol .....
Ron1a de
IQérica, metrópoli de
la
te
€iva
i
aotón
de
todns los
e
todos los orgullo os centros
na cultúr , en
r
mería mages–
~~ii!...
tu ,
a tu puertas
1
s
más al tos
ingenios de a tierra.
Dentro de tu ambiente de recogimiento
espiritual, adquieren las cosas un sentido
profundo, se impregnan del misterio in–
co1nprensible y anonadante de tus muros
graníticos, en los que resuenan, como ecog
lejanos, las voces de guerra los gritos de
triunfo, los cantos de gloria ¡el himno aJ
Sol
!.....
Oh tierra del Inca: los hombres nacie–
ron lucharon, murieron, dejaron su hue–
lla garras de león o aletazos de cóndor, y
tü
impasibl , abuela sobrehumana, seguj3 ..
te tejiendo los siglos.