CAPITULO VII
LA CIUDAD DE LOS "MUERTOS SENTADOS"
A fines <l.e 1897,
el proceso de nuestros estudios acerca
d<.~
las primeras e· ilizaciones peruanas, experimentamos la ile–
(·esidad de
pisar
el suelo que contiene las ruinas venerables de
Tiahuanaco.
Fruto de la excursión que con tal objeto realizamos,
fué
una
serie de artículos que publicamos en
El Imparcial,
de La Paz,
bajo los auspicios de su _Director, nuestro noble amigo el doctor
c1on Zoilo Flores, con el título de
Tiahuanaco, sus Ruinas
y
sus
Jfisterios.
Desde aquella época, renovados estudios, renovados viajes
y
renovadas observaciones, nos han colocado en aptitud de aferrar,
o poco menos, el sentido de la civilización florecida algún día en
la urbe famosa de los Protocollaguas,
y
ello nós permite volver
eon una autoridad de que por la época arriba mencionada care–
cíamos, sobre el fruto de aquélla para nosotros memorable ex-
.
,,
<:urs1on...
.
.