CAPITULO XXVIII
LOS DIE,CISEIS
"CALLA.OS"En los cuatro
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a1ianc1i
as,
cuyos
41
ceques
y
341
huacas
es–
tán especificados en el capítulo ue· acaba de leerse, hubo _16
ca–
llaos
y
32
pallanas
el1y
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Cl¡rativo pasamos a demostrar.
Quisieron los Orejones de los cuatro barrios privilegiados de
la ciudad imperial, que el
1
peregrino que de lejanas tierras apor–
tase a su ámbito, lo hiciese descansado del cansancio
y
aliviado
de las dolencia del cuerpo
y
del espíritu que le aquejasen; prepa–
rado virtualmente para las en1ociones y fruiciones que en ella le
esperaban.
· De esta circunstancia dimanó el indecible ascendiente de la
gran urbe, localizado en la idea de ·que quienes la visitaron ha–
llaba en ella una fuente de renovada sanidad del cuerpo
y
del
espíritu; origen, según entendemos, en los días posteriores a la
1
con–
quista, de la leyenda de una fuente de perenne juventud
y
de
renovado vigor que Ponce de León buscó en los cármenes de La
Florida.
1
malogrado americanista don Guillermo Olano, profesional
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