EL QUECHUA Y EL CAÑARI
[Contribucl61 . para
la Historia Precuencana
de las Provincias Azuayas.]
EMIO
Tambié
de
las lenguas
de un paí
'llsti
e capítulo importantísimo
de Ja
hi~
oria de este paíi5;
y
si esas lenguas
han muerto o están para morir s in dej a r
Ji–
teratura, cuanto por ellas se haga,
hácese a
lo menos por una arqueología
sui generis,
es–
to es, por la del pensamiento de los pueblos
que aquel país habitaron.
iNi cómo contentarnos solamente con alle–
gar, c lasificar y ordeuar los restos del traba·
jo manua 1 del hombre antiguo, sin hacer cosa
semejante, al propio
tiem µo ,
con
los
de su
trabajo intf'l ec tnal?--Mucho valen , mucho sig–
nifican, mn<'ho ayudan cántaros, urnas, joyas ,
piedras, cimientos y
paredone~
de nna civiliza–
ción ya muerta; pero valen también , y
acaso
más . y significan y ayudan en
igual
grado
sílabas , voces, df'sinencias. interjecciones
y
fra–
ses
coMán~as
<if'
aquella misma
civilización.