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Terminado el quehacer en el primer
sembrado, su duefío, plegándose a la en–
tusiasta caravana, repite esta operación
en los cultivos ajenos, hasta dar fin a la
cosecha general que se efectúa así en toda
la comarca. Nadie cobra su trabajo : to–
dos contribuyen con el esfuerzo propio
a la tarea común que se repite año por
año.
Ese comunismo, sin embargo, no resul–
ta absoluto: hay en él un dejo de individua
lismo racional. La molienda del grano en
el molino próximo de la comarca, se hace
mediante una paga generalmente en efec–
tos y, el que durante la época del cultivo
ha realizado mayor esfuerzo, tiene como
es natural mayor producto, vale decir ma–
yor riqueza para los días crudos del in–
vierno; pero esa riqueza tiene también su
límite que ahoga a la avaricia, que impi–
de la acumulación de los medios de vida
común en una sola persona, porque ese
indio tiene el sentimiento real y efectivo
de la caridad y del amor a sus semejan–
tes, sentimiento que está reñido con el