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HORACIO H. URTEAGA
los caxamarcas, vasto recinto casi circular, en forma de conos
truncados concéntricos y sobrepuestos, que encerraban galerias
funerarias ( 54 ) , los kechuas la aprovecharon para sepultar
alli á sus soldados muertos en los combates. Durante muchos
años se han extraído de esas criptas multitud de cadáveres con
la indumentaria de los soldados imperiales ( 55 ) las largas ore–
jeras, los chucos con fleco amarillo y azul, las lanzas y porras
y los cantaritos aribalos.
Al fin las escaramuzas trajeron la batalla que ya la pedian
impacientes los soldados imperiales irritados con la audacia y
altaneria de los indios caxamarcas. Llegados á las manos el cho–
que fué sangriento y desesperado, y los caxamarcas sufrieron
otra vez una espantosa derrota. El Inca no tardó en ofrecer de
nuevo proposiciones de paz y ofertas tan generosas como sino
hubiera obtenido ya el éxito final; su clemencia no reconocía
límites. El Chuquichanchay reunió entonces a sus principales
para deliberar sobre la situación. Los ejercitos patriotas esta–
ban reducidos a unos cuantos miles de indios, maltratados
los más con las refriegas, el hambre ya principiaba a mos–
trar sus estragos y no había la menor esperanza de victoria,
muy al contrario, los caxamarcas se veían expuestos por su
tenacidad a sufrir la cólera del hijo del Sol. Visto lo cual por
el consejo de indios, resolvieron, de acuerdo con su jefe, acep–
tar las proposiciones del Inca presentándose en persona a
ofrecer vasallaje al generalísimo de los kechuas. ( 56 ) .
Capac Yupanqui recibió a los valientes indios, les
felicitó por su valor y se regocijó de llamarlos confederados
de los hijos del Sol, y les concedió cuanto ellos deseaban para
(54) .-Wiener,
Péroit et Bolivie. Le Coyer et Incatambo.
Véase la
descripción y reconstrucción ideal que este viajero hace de las ruinas,
hoy ya casi destruídas.
(55) .-Véase
El Perú Antig1w a la luz
de
la Arqueología
y la crítica
de Horacio H. Urteaga.
Revista Hi.stórica.
T. IV, pág. 200 y sigts.
Los señores Manuel Cacho e hijos, dueños de Ja actual hacienda de
Sondor, han extraído y visto extraer momias, cántaros y muchos arte–
factos de esas criptas. Lo común era sacar de los enterramientos los
cráneos mutilados
y
-con las señales de los porrazos o pedradas, prueba
de que los sepulcros encerraban a los infelices combatientes muertos en
la guerra por la independencia.
(56) -·- Garcilaso. Ob. cit. Lib. VI, pág. 474.