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HORACIO H. URTEAGA

minios de curacasgos

y posesiones de jurisdicción

en esta

región de los Caxamarcas, queda el convencimiento de la poca

influencia que allí alcanzaron las leyes del imperio, lo mismo

que la religión y las costumbres; no se descubre la huella de

ese comunismo unilateral y exagerado del que nos habla Gar–

éilaso, como común en todo el Tahuantinsuyo. ( 77 ) . Lejos de

eso, bajo los antiguos régulos,

los indios disfrutaron de un

semi-dominio agrario. Las familias poseían

un terreno de

cultivo, propio y exclusivo, que se trasmití<a por herencia y

que no podía ser arrebatado por el curaca ni por las g.entes in–

trusas. Realizada la conquista kechua, los Incas, que segura–

:!nente se vieron asediados por los reclamos de los antiguos po–

seedores,

trataron de borrar pauJ.atinamente

semejantes

pretensiones, que se oponían a su sistema comunista, y como

nos cuenta Santillana, "que las tierras y haciendas que los na–

turales poseían eran suyas propias y de su abolengo, los tri–

butos que pagaban a los señores por razón de las tierras, por–

que éstas eran libras antes, les fueron impuestos por los di–

chos Incas y señores por vía de sujeción y vasallaje". ( 78).

Y seguramente el sistema comunista de los kechuas no enrrai–

só y sólo tuvo una manifestación ficticia en cuanto a los pro–

veimientos de los tambos ( 79 ) , construcción de éstos, tribu–

tos para el Sol, para el Inca y para el Culto, pues agrega el

mismo diligente cronista: " y esto parece ser ansi por rela–

ción de muchos naturales antiguos, en que el día de hoy se co–

noce de quién era cada chácara ele las del inga, antes que se

le diesen y ofreciesen; y muerto el inga y quitado el señorío,

como hoy está quitado, los que de aquel tiempo quedaron vi–

vos, o su subcesión, cada uno cono<;ía sus tierras que se ha–

bían aplicado al Sol y al inga, y las tomaron y tienen y culti–

van

y

labran como cosa propia suya ". ( 80 ) .

Como la antigua gens romana, cada familia se distin–

guía por un apellido común (

81 ) ,

y las parcialidades po1·

•'17).-E/

Aillo Peruano,

Max. Uhle. Lima, 1911.-Bautista See–

vedra,

El Aillu,

La Paz, 1903.

(78) .-Fernando de Santillana.

Relación.

Párrafo 54, pág. 49.

(79)

.-01·denanzas de Tambos,

de Vaca de

Castro.-Revista Histo-

1·ia,

T. 111, págs. 427,

y

sobre todo la 453.

f

80) .-

Fernando de Santillana.

Relación.

Párrafo 54, pág. 58.

, l) .-Julca, Quispan, Quispitongo, Compa, Colpa, Yacolpa (quizá