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BOCETOS HlSTÓR:cos
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encontrar representaciones en que la lengua del monstruo,
cuya cabeza, por la forma e férica del cántaro, se encuentra
frente a frente a la figura de mujer, la lengua del monstruo,
r epito. penetra en la boca de la figura terminal. Entonce ,
el arti ta, con ingular maestría, da a la figura de mujer la
expresión de languidez, que contra ta con la violenta
y
ávida
del monstruo.
Es más que probable que la representación que h::mos
descrito
y
que e halla en un treinta i::or ciento de los hua–
co de azca, fuera la de un totem de de la región. ( 9 ) . En
lo tiempos lejanos donde brilló esta·espléndida cultura, qui–
zá coetánea con la del Egipto Bajo, o sea tres a cuatro mil
año antes que nosotros, la naturaleaz del suelo en nu z tra
F ig. o. 16.-Un simulacro de comblte entre guerreros yungas
vestidos de gala. Obsérvese el totem sujeto en el cinturón de los g.1e–
rreros, y desparramado en de orden símbolo y caracteres usados en
los invocator ios, como se ven en los paños f únebre que hemo3 reprodu–
cido en el primer volumen ele esta obra, pág. 6 .
co ta, era enteramente di tinta de la actual. l\Iuchas de las
regione árida , regadas por ríos
y
manantiale . ya cegados,
ostentaban una Yegetación exhuberante,
y
alguna de la ac-
( 9 ) .- La expre ión
lute111
se aplicó pc-r los arqueólogos nortea–
menc;rnos al animal sagrado del que
cr~ia d~.>cender
el clan, entre los
indi
·s
iroqueses, zuñtes, etc; pero " la nocion
tot•m
o del espíritu
protector, exi ·te. como dice Bouchat, en todo los pueblos salvaje' de
las dos Amér ica