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BOCETOS HISTÓRICOS
123
" Es cosa común en los indios adorar a la tierra fértil
que llaman
Pachamama
o
Camac pacha
(
sic ) , derramando
chicha en ella o coca y otras cosas para que les haga bien,
y para el mismo efecto en tiempo de arar la tierra, barbechar
y sembrar y coger maíz o papas o quinua o yucas y camotes
o legumbres y frutos de la tierra, suelen ofrecerle sebo que–
mado, coca, cuy, corderos de la tierra ( huanacos ) y otras
cosas, todo esto bebiendo y bailando ".
El medio físico de la costa peruana presenta una aridez
desastrosa y sofocante en la mayor parte de su listón, des–
de los 4 grados hasta los 18 grados de latitud sur. Pero allí
donde surge el manatial y trae junto con la humedad el ver–
dor del oasis y el ejemplar esmeraldino de una flora prove–
chosa y bellísima, encontró el hombre un beneficio estupen–
do en la tierra y el agua, y creyó en una misteriosa divini–
dad que lo amparaba. Allí el viento que se arremolina y zum–
ba y refresca y alienta, fué, como dice Calancha, el soberbio
Guatan,
incorporal e invisible. El terreno movido frecuen–
temente por el movimiento sísmico ( 7 ) , tan común en nues–
tra costa, de formación plutoniana y avecindada a volcanes
honíficos, el temblor o terremoto que desgaja los mon–
tes y aplana en un instante la vivienda, fué la divinidad te–
mida de
Con,
el dios del fuego, que produce el movimiento
sísmico y a quien había que tributar culto, para evitar la des–
trucción de la naturaleza y de los seres. La tradición que
al respecto nos ha conservado Gomara, es profundamente
significativa. ( 8 ) .
Y así, al influjo de la naturaleza benéfica y horrífica,
se forman las mitologías en todos los pueblos primitivos.
Cuando recorría los nevados picos de la cordillera andi–
na en la altiplanicie del Titicaca y el frío entumecía mis
( 7 ) .-Los terremotos en la época prehistórica fueron frecuen–
tes
y
terribles, frecuencia que se nota aún en la época incaica
y
el pe–
ríodo colonial. Véase
Sinopsis de tembfores
por Odriozola,
y
comúl–
tes~
las mismas sinópsis escritas por José Toribio Polo
y
Monseñor Ma -
nuel Bailón.
( 8 ).-Para la raíz Kan
y
sus derivaciones, Barranca.
Revi,sta
Histórica.
Tomo l, pág. 60,
y
para la significativa tradición de la di–
vinidad, en Gomara.
Historiadores Primitivos de Indias.
Edición Ve–
dia. Tomo I, pág. 233.