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HORACIO H. URTEAGA
Por fin, en el vientre del dios se ofrece la pupila escru–
tadora y su persistencia y disposición fija en el cuerpo ase–
gura que era símbolo de un atributo grandioso.
Si fuéra–
mos a atenerno a lo que los antiguos pueblos arios y semi–
tas representaban con el ojo, tendríamo que concluír que el
peruano simbolizaba en él la inteligencia, cuyo mayor atri–
buto es, para el hombre primitivo, la astucia y en todo caso,
es símbolo del pensamiento y la razón. Tales atributos sim–
bólico
de la pupila entre los egipcios y caldeos los copió el
Gnosticismo del siglo II y los involucró en la creencia cris-
o
Fig. No. 12.-El ídolo de N azca mostrando sólo •su cabeza de ca–
bellos serpenteados
y
presentando la cabeza mutilada de la víctima.–
Museo Prado.
o
los atributos.
El
el verme, doblándolo.
tiana, para ofrecer más tarde el símbolo católico del trián–
gulo, que representa la triada divina, y el ojo, imagen de la
sabiduría y el poder. ( 4 ) .
En muy pocas representaciones se ofrece
el
ídolo al–
tei.·ando . la colocación de
la cabeza votiva.
Cuando deja
de sostenerla con la mano derecha. la sosti ene con los di en–
tes; y el cabello de la víctima, a modo de lengua, s e ofrece así
( 4) .-Jacques Matter,
Histofre Critique
d11
Gnosticisme,
coro–
nada por la Academia real de inscripciones
y
bellas letras.
Tomo I
y
Planchas.