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Sus~ituyó
á
mi~ tem n rP.~
nna saTJta confian7a
y
con lA dulzura de
::.u
semblante erenó
mi
e,pfritu.
Su poderoso auxilio me libró
dP.
lo!i peligros
de la muerte eterna: me salvó del fu,or de
mi
cruel enemign.
Gracias al Señor y
á
Vos, Madre
pi;~dos11,
por los beneficios cnn que me
han
favorecido
vuestra
pi~dad
y misericordia .
Gloria&.
Ant.
Sustituyó~
mis temores una
~anta
confianza; y con la dulznr.·t
de
su amable sem–
blante. <;erenó mi espíri tu.
Ant.
Alzate . .... .
SAL\10.
79
Oh Vos, que gobernais
á
vuestro pueblo Ts–
rael. dignaos escucharme: concededme
;~]abar
dignamente
á
vuestra ::anta
~ladre.
Alzare del polvo, le.vántate alma mía, sal
á
recibir
á
la Reina de Jos cielos .
Sacude de tu cuello el yugo, oh pobrecita
'alma mía, recibe
á
tu Reina con regocijo y con
dignas alabanzas.
Ella exh8la olor de vida: de su corazón di–
mana toda salud.
Las almas muertas por la culpa, recobran la
vida, con la suave fragancia de su · dones.
Gloria &.
Ant
Nó me desampareís .. . .. .
SALMO,
83
¡Cuan amables son vuestras moradas, oh
R~ina
'de las v-irtudes!
¡Cuan
delicio~>os
los
pabellones de vuestro repr•S•J.