OE LA
LENGU S MERI ANA EN
PAR'l'I
LAR
169
pleja. Cómo piensa el salvaJe hablando en u
lengua~
E l autor
la trata con amplitud, pen trando en su mente aunqu exagere
. n
pot ncia intelectual al detei'U1inar
ns
variada concepcio-
ue verbal
re pecto del modo de di t ino·uir
y
expre ar Jo
animado
y
lo inanimado Jo figurado
y
fin g·ido
y
lo real la inten-
iclacl
y
Ja pasividad lo accidental
y
lo
table
(y
otra relacio–
ne que on caracterí tica del verbo ameri cano
y
d l
ri e pe–
cialmente) que lo conducen
á,
en contrar alrtracto , donde ólo
existe la materialidad
el
la co a rnclimeutari am nt
per ·ibida,
ó de la acción fragmentariamente expre adn
n cada variante,
por impotencia de eleva.r e
á
una concepción
up
rior
y
gene–
ral.
A
í, para. demostmr la, existencia del verbo sub tan ivo que
lo
lingtii ta norteamericano nieo·an en ab oluto How e upo–
ue nn nombre ab tracto
é
in.-trumental de . r que cleclu e de
e
ta fórmula :
«
E xi ·tencia
I -
01c
(=
a
+
oo)
«
l e
ó
e' tá
»
es e:vistencia,
ó
xi~tent
ó exi. tiendo.
«
I -
ow = a
+
oo
(íd.
inanimado)
ello es
ó e tá
(íd.).
«
I -
o
w
(
=
lt
+
oo)
«
él
e
tá a!J
í
».
De su mi. mo
aná.lii' grnmati ·al se clednce qu el pr tendido
'' erbo
ser
el
1
ri -
eomo ncede en ca ·i todo Jo
idioma ame–
ricanos -
no e sino
1
prim r pronombre irnr onal ó neutro de
que e
inseparable, conjugado qne xpre a la no ión del
eró
estar con relación
á,
la per om1 ó
á,
un e tatlo ó
ircnnstancia
determinada,
in a umir en ningún ca o el
·;wá
t r ele ab -
tracto. Ot ro tanto puede decirs
ü
u eti mología
y
analogía
de la lenguas americana¡; con las anti o-ua y moderna
rlel viejo
mundo que careciendo ele ncaclenamiento geográ fi co,
ó
iquiera
lógico han ido calificada con razón de ext.ra \Tagan
e~.
E to
110
quita
á
la obra u m rito intrín e o.