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soros; a
las
mujeres las
lrnbÍ;111
reu–
nido en
harenes
para
s us servicio:-;
i
a los hombres lo s
habían
recln cidc) a
una esclavitud espnntosa.
Miraban
a eso. infelices como
si
fuesen de otra
es pecie que la
_humana;
los considera–
han con el caracter no de hombrrs,
lejos de eso era con el ele anima les
que
pcrtencdan
a l)tra fam ilia, .segun
ellos, ele
la
crea
el
a
por Dios para
reí- ·
nar
en el mundo.
:
A11naclos pues
el
conquis'tador
i
el
fraile espaüol,
el
primero . cuic1nhn de
que
~>e
borrara ·completamente el re–
cuerdo de los
incc:.s
i
el
sectario, por
que desapareciera tocla !mell a de íclo–
latr!a, como
los
himrnJs
al Sol
i
otras ·
concl'pciones de ele\' aclo ·pnntcisrno.
Pero el sacerdote pcruan o, que
ha–
bía
bebido con la leche
materna la
dulzura
i
concisión
el e la
lengu a de
sus padres, ele esa lengua que d escri–
be la
rapidez
del vuelo de los pája-
1·os, el canto de las aves,
d
murmu–
llo del
follaje,
el trngor
el e una
tor–
menta
i
hasta
el
ra. tro
ele
la hue–
lla que clcja en su tráúsito el ser ama-·
do; ele esa lengua
cuyos
accn
tos son
<leJ oh
i
en cuyos
h;1rnlmi
sus
poeta5
preRcntan a
las rocn s quebrantftnclo–
sc .pnr la p(· na, al prcho humano des-