- CXVllI -
el
que tenla cien mil pesos de oro i
plata en su casa, 'i mas indios la de–
jaba abíerta, puesta una tscoba. o un
palo pequeño atra l'esado en
Ja
puer–
tn para seña que no estaba
su
dueño
i con esto, según su costumbre, no
podía entrar nadie dentro, ni tomar
cosa rJe lo que a111 habh1. I cuando
ellos vieron que· nosotros pon1amos
puert;1s i lfaves en nuestras casas,
.entendieron que era de
mie~o
que te–
níamos de ellos que no nos 11rntasen;
·pero no porque creyesen que era posi–
ble que ninguno hurtase, ni tomase·
n otro su hacienda; i así ciuuido vie–
ron que htibía entre nosot'ros ladro–
nes i hombres que incitaban a pecar
a sus mu,ieres e hij.a.s, nos tuvieron en
poco;
i
habiendo venido este reino
a tal rotura, en ofensa de Dios, entre .
Jos
naturalc~
por
el
mal ejemplo· que
les habemos dado en todo,
que ·aquel
estn·mo de no hacer cosa mala, se ha
corn·crtido en que hoi ninguna o po–
cas se hacen buenas,
i
requiere reme–
dio
i
esto toca a su majestad;
i
en
cuanto
no Je
pusiere, corre sobre
su
real conciencia
i
mia
i
de los que
des–
cubrimos
i
poblamos;
<lemas
de
lo
cual aquellos que
eran reyes i señores
i tan obedecidos, tan ricos i de ta.nte