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intelectuales corrcsponclcn a una ra–
za
i>ensaclqrn, hoi deprimida, mas no
.incapaz ele progreso. Atesoran con–
cepciones elevadas ele moral i elucu–
braciones propias i originales, que re–
velan una materia prima excele nte
pa
ra
el futuro desenvolvimiento
de
un
gran pueblo.
En
todo lo que precede
i
lo que
scguirá,sin gran csruenm descubrirnos
ttn
pensamiento filosofico i
un
fondo
de la más pura moral, que han de–
bido necesaria é incluclabk111c11te re–
flejaq;c en sus eostuml res, cuando
110
han sido su consecuencia. De lo pri–
mero hc1)10s dado
ya
pequeñas apun–
taciones, las que en el cuerpo de
la
obra se completarán; i ck lo segundo,
ya
a raíz
de la conquista
no
han fal–
tado rnclos soldados que lo declara–
sen; <le cuyas clcclaraci oncs, ningún
testimonio mas fehaciente ni mas
dig
no
de
mérito que
el
ele
Mancio Sierra
ele
Leg;uíznmo,
el
postrero de los com
pañeros de Pir.arro,
a
quien tocó la
i–
m<ijcn del So!,en
el
rcnarto del Cuzco,
Ja 1i1is111a que
jugo
en. una noche,
i
de
aqul nacib el proverbio:
jllgar el Sol
antes que amanezca.
Uno de ·los p·ocos aventureros que
le
cupiera -la saüsfacción
e.leexpirar
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