-CXI --
<1braz::i.do1·,
ele
ladera s,
de oeñascos
coú
tayas;
i
el
ele
un a
·divim
0
clnc1, sin
. necesidad ele
remontarse
al ai111ará?
Tenemos
Lima
i
Rínwc;
tnmbién
hai
Limatamho
o
RimBctampu;
en es
te
último lug-:ir existía
un
templo
con
-;
~u
sibila o
pitonisa,i
era
el oráculo
<le
la rc:jión; de
aqul
rimélc, ,el
que habla;
corno en nuestras pun as se
llnma
u–
na
yerlJecilla
de flores
liln11cas,
rima–
ri11;r1;
porque
es
costu111brc azotar .
con ellas en
la
boca a
los niños parú.
que hahle11. En ka hai dos
h~rrios
urin-:-1ca
i
Anan-Icu,
cr)mo
en
el Cui–
co
los
urin-cuzcos
i
anan--c11zc0s;
i
fl
nadie
se
le:
ha
ocur6do
todavla
decir:
lc:a-haccdor
ni
hacedores-cuzcos.
si–
no con arreglo a su orijen qucch,u<t,
-los del bario de iihajo
i
los ele arriba.
Véase
i)lttS
¡~or
estos absunlo.s, d
riesgo
en que incun-cn
los
etimologis–
tas
que clcscuiclan
cl
eonoci.111iento
ele
la eYolución
natural
ele una lengua;
cosa de
q'
facilmentc
se dará11 cuenta
-los q '
rcco1-ra11
las diversas con1 posicio,
ncs que hemos tenido especial cuicla–
do en trascribir,
i
se
vendr{t
así
en
co11CJcimicnto ·
del
bastardeamicnto
del qüel'.hua, el
que no
ha
podido
cri~talizarsc
á
causa
de la
carttH:ia
de
u–
na literatura escritn; i
q'
ha podido