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386

SINTAXIS DE LA LENGUA GUAR

Í

tres últimos el año de 1659 ,

y

el primero el

de 166 1. - Pero realmente no llegó á impri–

mirse ; y con el titulo de «loannis EvsebI

NierembergI Societatis Iesv Sylva Cate–

chestica ex Patribvs et Doctoribvs Sacris

qvi Ch.ristianas Institvtiones illvstrant.», en

fol.º, de 333 hojs. , se conserva en la Casa

Profesa de Madrid.

El error de estos biblióg rafos debió de

~ a­

cer, sin duda, deque en la portada de

Opera

Parthent·ca

de dicho P. Nieremberg se de–

cía así : « Pagi na nona inuenies Indicem.

omnium Opusculorum qure in hoc Opere

Parthenico continentur, cum Vita Authoris,

alioq ue quorundam selectissimorum eius

manuscriptorum Indice, qure hoc ipso anno

1659. Lugduni Typisedenda , idem Bibliopo ·

la curabit»; y luego, en la lista de sus Obras

latinas se lee: «Sylva Catechestica in 4.

Lugd. sub prrelo» ( pág.

36 ~ ).-Hasta

en el

retrato del autor, que va al frente de

Opera

Partheni·ca,

hay dibuj ada una banda que

lleva el epígrafe de «R. P. Eusebij N. opera

Postuma, qure, ImprimÚntur Lugdunj hoc

Anno 1659. Sumptibus Claud ij Bourgeat

&

Mich. Li etard Bibliop.

»,

donde aparece en

cuarto lugar «Eiusdem Eusebij Silva Cate–

chestica 4.

0

sub prrelo».

6038.-Sintaxis de la lengua guaraní,

por el P. Alonso de Aragon , S . J.

No llegó á impr imi rse , como constará por

el núm. 6084.

6039.-Solicitud para fundar un Cole–

gio de la Compañia de Jesus en Juli.

En Lima, 1665.-En 4.º

«Siendo Superior de Juli escribi ó [ el

P . Rodri go Barn uevo

J

una

«Solicitud.. ..

que

se imprimió en Lima en I 66 5, en un folle–

to en 4.º que hoy es difícil encontrar», dice

T orres Saldamando (13ág. 234), cuyas pala–

bras copia Somrnervogel con esta pregunta:

«Est-ce exact ?» (r,

906).

Por lo pronto estamos seguros de que

Torres Saldamaodo no vió el folleto que

cita; y también creemos estarlo de que la

noticia misma de él la tomó de

Mendiburu~

que dice ló-.siguiente: «Barnuevo· escribió

un plan para fundar en el mismo Julí un

colegio de la compañía: se imp,rimió en

Lima en un folleto especial que seria dificil

encontrarlo ahora» (n, 14); lo que equivale

á decir que tampoco

lo

vió Mendiburu.–

Añadamos que realmente era difícil que lo

pudiera ver en la forma, por lo menos, en

que lo describen, así él como Torres Salda–

mando. U no y otro debieron de tener algu–

na especie de que el P. Barnuevo había so–

licitado la fundación de un Colegio

~e

la

Compañía de Jesús en Juli. Solicitóla, en

efecto; pero su solicitud no consta

e~

nin–

gún folleto impreso

el

año de 1665 en Lima,

sino en un

Memorial

que empieza así: «Se–

ñor Rodrigo Barnueuo , de la Compañia de

Jesus, y su Procurador general de la pro–

uincia del Peru, dize: Que la dicha su pro–

uincia ha mas de setenta años, que por orden

Je la Real corona administra, y tiene a su

cargo las doctrjnas de los Indios del pueblo

de Juli, en la Prouincia de Chucuyto ....»,

en fol.

0

,

de 2 hojs. n. fols.-Cítalo ya en

es tos mismos términos Leclerc, y aun cuida

de ad vertimos cuál es su contenid o 6 argu–

mento:

<~Dema nde

pour fonder un collége

a

Jnli. Imprimé

a

Lima, en 16....» (pág. 6,

núm. 17

de.la

l.ª

ed .:

cfr.

Backer (ru, 1944).

Lo de la petición ó solicitud es exacto; no

así lo del lugar en que se imprimió , y en

cuya especificación fuera mejor que se hu–

biera valido Leclerc de la reserva que mos–

t ró en lo de la fecha .-El P. Barnuevo pre–

sentó su

Memorial

al Rey siendo, como al

principio

de.él

se nota, «Procurador gent–

ral de la prouincia del Peru» ; y sabido es

que, .como avisa el mismo Torres Salda–

mando, reunida en Lima «congregacion

provincial en Setiembre de 1636

1

es elegido

por primer Procurador.... Barnuevo, que al

año siguiente se dirige

á

Europa á cumplir

su comision» (pág. 233:

cfr .

pág. 199).

Lo que no 15abemos es el tiempo prec,iso

que se detuvo en Europa; y si presentó su

Memorz·al

antes

ó

después de su ida á Roma

á tratar de los negocios de la Provincia del

Perú con el P. General. En todo caso,

como los Procuradores solían extender é

imprimir sus Memorial es en España, y re–

gularmente en Madrid, no es de creer que

el P. Barnue vo t raj era el su}•o impreso ya