OFICIO DE LA PVRISSIMA
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otra tercera, ó sea la primera en orden, in–
titulada
«Seys tratados muy deuotos....
»,
no
llevaba todavía nada que no fuese del Santo,
corno allí dijimos. En
<<Las Obras-.,
que es
segunda edición aumentada de los
Seys Tra–
tados,
es verdad que se añadieron al fin otros
tres sobre los primitivos , conviene á saber:
una «Epistola del glorioso Sant Bernardo»
(hojs.
72-73),
y la «Meditacion de la Passion
de nuestro Señor» (hojs.
74-94)
que ya co–
nocemos, con la «Doctrina que el Autor
ernbio a vn Cauallero amigo suyo» (ho–
jas
95-99);
pero ni la
Epi"stola
de San Bernar–
do, ni la
Meditacion
y
Doctrina;
que son de
Fr. Luis de Montoya, contienen una tilde
que pudiera ofender al Santo Oficio. En
cambio, no puede decirse lo mismo de la
Segvnda Parte,
donde hay tal cual tratado
tan poco digno de andar en romance, como
el
Coloqui·o espiritual
(hojs.
65-112),
y al–
guna que otra «oración de las que por en–
tonces se publicaban con frecuencia, y eran
inmediatamente prohibidas por el Santo
Oficio, á causa de las gracias especiales que
á tales palabras se decía iban anejas», como
ya lo observó el Sr. Pérez Pastor
(Impren–
tas-en Medina
pág. 78). Hay además la
singular coincidencia de que esta
Seg·vnda
Parte
empieza con «Un tratado de la con–
fusion, que compuso el lllustrissimo señor
don Francisco de Borja, Duque de Gandia,
y
Marques de Lombay» (hojs.
2-12),
á
que
siguen los de
Vita Chri"sti
(hojs.
12-46),
Es–
calera del Parayso
(hojs. 46-6 5),
Coloquio
tornado de la
Viºola amma3
«COn una ora·
ción al cabo, que dizen que hizo la reyna
catholica» (hojs.
65 -u 2)
y
R eli'cario del
alma
«con las oraciones de Fray Ambrosio
l\lontesino» (hojs.
l
13-141 ),
ninguno de los
cuales es de San Francisco de Borja, ni aun
se advierte en el texto que lo sea; y termi–
na con
Un espejo de bien viºvi'r(hojs.
142-144)
que, por más .que tampoco se avisa en él, es
un fragmento del "Tratado llamado
Espejo
de las obras ·del Chri'stiano,,
que había apa–
recido anteriormente en los
Seys 7 ratados.
No creemos que carezca de misterio esta
coincidencia de intercalar entre dos del
Santo los cuatro supuestos¡ ni de intención
deliberada, la circunstancia de no poner su
nombre más que al frente del primero. En
caso de alguna reclamación, podían acudir
los editores á la excusa de que no era su áni–
mo dar por obras del Duq•1e de Gandía to–
das las que insertaban en la
Segvnda P arte,
sino solamente aquellas que llevaran su
!)Ombre en el mismo texto¡ que las demás
las imprimían por su mayor ó menor enlace
con ellas, y para que sirvieran como de con–
tinuación y apéndice á las suyas, como solía
hacerse en semejantes ocasiones. Mas, como
quie~a
que ello fuese, parécenos indudable
que el
Tratado,
con que principia esta colec–
ción ó impresión de Medina,· es el mismo
<Tratado de la confusion....
»
de que habla- ,
remos en el
Suplemento,
y que, según to–
das las apariencias, esta
S'!gvnda Parte
es
la prohibida por el inquisidor Valdés con
el título cíe
Obras del Chri'sti'ano.
5626.-0fficio da Purissima
Concei~ao
da Virgem Maria N. S. concebida sem
macula de peccado original, muito aceito
á
mesma Senhora, como ella o revelou a
seu grande servo, e devoto o Irmao Af–
fonso Rodrigues da Companhia de Jesus
Segoviano de
Na~ao
aparecendolhe antes
de sua morte, e dizendolhe que o dei–
xasse escrito, que assim
e~a
servida, para
que seus devotos tambem o rezassem.
Em Lisboa, por Antonio Alvares, Im–
pressor del Rey, 1650.-En 24.º
Véase lo dicho en el núm.
1472.
5627 .-Oficio de la Pvrissima e im–
macvlada Concepcion de la Virgen San–
tis~ima,
muy acepto a la misma Virgen.
Reuelado por nuestra Señora a su gran
sieruo, y deuoto, el Hermano Alonso Ro–
dríguez de la Compañia de Iesv.s. Con
li–
cencia del Ordinario. lmpresso en Lima:
Por Geronimo de Contreras. Año de
1634.-En 8.
0
,
de 16 hs. s. n.
Véase lo dicho en el núm.
i472.