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POESIAS SELECTAS
(?
págs. 84-5).-Tal es el contenido de las
Poesías
traducidas por el P. Morell, con–
forme en un todo con el que nos da Barrera
y Leirado de las impresas á nombre de
D. Francisco de la T orre y Sevil, sin que en
ellas se eche de menos ni aun la curiosa in–
dicación ó «Advertencia al lector. Aquí
tienes lo mas salado, y dotrinal de los libros
de Marcial.. ..
»
(pág. 301).
La falta misma de preliminares, dado que
sea real é intencionada, nos parece un nuevo
indicio de la «atribución ilícita» del librero
Robles.-Los de la edición de Tarragona
contienen, además de las licencias y apro–
baciones en que suenan con todas sus letras
el nombre y apellido del P. José Morell,
una dedicatoria latina
á
D. Francisco Berard
y Sentjust, firmada <1Iosephvs Morell>>, y
otra castellana <1Al ingenioso Letor», que,
aunque no lleva firma, se ve claramente que
es del mismo. ada de esto podía conser–
varse al frente de las
P oesías,
una vez to–
mada la resolución de prohijarlas á D. F ran–
cisco de la Torre.
Pero aquí se ofrece una gravísima difi–
cultad, en que es por demás extraño que no
se fijaran ni el articulista del
D iccionario
Enciclopédico,
ni aun el mismo Barrera y
Leirado. Según éste, D. Francisco esparcía
ya en los
Símbolos
«gran parte de sus refe–
ridas traducciones en verso», que luego se
reprodujeron en las
Poesías.
Ahora bien:
como la impresión de los
Símbolos
con las
dichas traducciones data ya , como decía–
mos , del año de 1677,
y
la de las
P oesías
del P. Morell iba á aguardar hasta el de 1683,
¿no podría sospecharse, por ventura, si el
«Jesuíta de T arragona» sería un pobre pla–
giario, cuando no un simple testaferro del
«caballero tortosino», en cuyo caso el librero
de Madrid hubiera practicado un acto de
rigurosa justicia distributiva, y aun vindi–
cativa, restituyendo á D. Francisco lo que
en realidad era suyo?
No, por cierto: y aquí sí que es de todo
punto inexcusable la inadvertencia ó desliz
de Barrera
y
Leirado en negocio de tan fácil
averiguación. Buena parte de las traduccio–
nes en verso que hay en los
Símbolos,
no se
halla en las
P oesías ;
y de las que aparecen
de unos mismos trozo latinos en ambas
obras, por milagro se descubre un verso
idéntico, ni aun buscado con candela. Quien
guste, puede convencerse de ello con cotejar
la traducción de las seis composiciones de
Mar-:ial (págs. 308-9, 316, 348, 532, 353,
446), dos de Falcó (págs. 319, 456), una de
Owen (pág. 314) y otra del P. Bauhuis
(págs. 391-92), que se imprimen en la pro–
pia edición barcelonesa de los
Símbolos,
ci–
tada por Barrera y Leirado, con la de las
mismas tal cual se registran á las págs. 130-
31, 289-90, 159, 179-80, 285, 188-89¡ 57-8,
58¡ 40; 82
1
respectivamente, de
lasPoesias.
Es, pues, absolutamente gratuito y mal
cimentado cuanto se quisiera discurrir para
negar ó poner en tela de juicio el derecho
indiscutible del P. Morell á la patE.rnidad
de las
Poesías Selectas
impresas á su nom–
bre en Tarragona.
Respecto
á
las de Madrid, nada podemos
afirmar de seguro, por no haber tenido tam–
poco nosotros la fortuna de ver ningún
ejemplar de ellas. No podemos, sin embar–
go, dudar de su existencia, en vista del
testimonio tan expreso de Barrera y Leira–
do. El cual, ya que nos avisa hallarse el
libro sin preliminares, bien pudiera añadir–
nos, para librarnos de escrúpulos, si eso era
propio de su ejemplar, que estuviese incom–
pleto, ó de toda la tirada ¡ y además, dónde
consta, en la portada ó en el cuerpo, la de–
dicatoria «al Rey don Carlos II».
Como quiera, dícenos lo bastante, se nos
figura, y esto es lo que más nos importa,
para que podamos atribuir con gran proba ·
bilidad al P . José Morell las
Poesías
pubh
cadas
6
expendidas por el librero Robles con
el pie de imprenta y data de Madrid.
Se nos permitirá que, aunque no hace
mucha falta, digamos algo, para terminar
este artículo, sobre lo que ocurrió entre nos–
otros con las
Obras
del P. Causino¡ lo cual
servirá , de paso, para corregir alguno que
otro yerro ligero de Barrera
y
Leirado, y
entender la razón porque D. Francisco de
la Torre y Sevil puso, con muy buen acuer–
do, al frente de su traducción de los
Símbo–
los
la cláusula de «Tomo xu. de svs Obras»
-Del año de
I
664 al de 1671 salía en Ma
drid la de «La Corte Santa» en siete tomos
en 4.", hecha la de los tres primeros por