POR AUER DESEADO
35
Excluidos, pues, de la lista de los '"su–
puestos autores el P. Antonio Rubio y Fray
Pedro Ramírez, queda sólo el P.
B~rnar
dino de los Llanos, indicado en los versos
á
que se refiere SomlJ!ervogel, y que mala–
mente dice haberlos tomado Beristain ·de
un manuscrito, no habiéndolos tomado sino
de la misma obra impresa de las
Institrecio–
lles,
donde se encuentran con el título de
«P. Petri
Florez
Societatis eiusdem, Ad
Lectoré Epigrama»,
y
dicen así en la parte
que hace
á
nuestro intento de revelare! nom–
bre del autor, que era también el del P. Fló–
rez, en el siguiente
dís~ico:
cls si non nardus certe nardinus,
&
ipse
Ver:
&
nos inter iure la, Sol ve tenet».
En dos partes diversas de su
Biblioteca
reprodujo Beristain todo el epigrama, sub–
rayando en ambas los elementos que lepa–
recieron hacer al caso, pero con tan poca
previsión, que en una de ellas le dan «el
nombre y apellido del P.
Benzardz'1zo So–
llanos,
jesuita, autor del libro intitulado:
I1tstt'tutiones Ebetic(l!,
que se publicó anó–
nimo en Mexico, ai'to 1605» (r, 451), mien–
tras que en
la
otra le debieron de dar el
nombre y apellido del P.
Bemardz'¡zo Lla–
tzos,
puesto que atribuye
á
él su «Poetica–
rum Institutionum Liber .... Mexici apud
Henricum Martin, 1605..»,con la adver–
tencia prévia de que «el nombre del autor,
lo descubrió al público el P. Pedro Flóres»
( 11, 1
72·73).
•
De aquí se colige que, si anduvo poco
avisado Deristain en descifrar el dístico del
P. Flórez, no lo anduvo menos Backer
(1,
1884;
11
1
767;
m, 86o) en no haber re–
parado en que, así como acudió al primero
de sus artículos para seguirle en su descui–
do, pudiera acudir también al segundo,
donde lo corregía en lo posible.-Creemos
igualmente que no anduvo tampoco muy
acertado. en seguir al mismo Beristain en
otra circunstancia relativa
á
estas
Institu–
ciones.
Aunque afi rma éste
(rr,
173),
y luego
Backer
(11,
767),
que hubo edición anterior
de ellas, ó de de parte, á lo menos, según
Sommen'ogel (D., 729:
cfr.
B.,
IY, 1
76), no
hallamos indicio alguno que compruebe su
afirmación.
Por lo demás parece ya de todo punto
indudable por el famoso epigrama del
P. Flórez, relativo
á
toda la obra, que su
autor fué e1 mismo P. Bernardino de Lla–
nos, á quien Sotuelo (pág. r
14)
y Nicolás
Antonio
(1,
218)
atribuyen la «Christiana
Poesis», sin que haya noticia de que exis–
tiera ningún P. Sollanos, escritor, en la
Provincia de Nueva España¡ por lo que
tampoco lo nombra Beristain en artículo
aparte, como lo hace con el P. Bernardino
de Llanos (u,
1
72-73),
ó, mejor, de los Lla–
nos.-De esa manera hallamos escrito su
nombre en algunos papeles de la época¡ y
de ésa se podría también explicar la ilusión
. de Beristain, que leyó
y
aüadió al apellido
el elemento
sol,
que debía leerse á la inversa.
Es cierto que, omitiéndolo, y aun leyén–
dolo como
á
nosotros se nos ocurre que ha
de leerse, sólo le queda al P. Bernardino el
apellido de
LattOS/
pero es posible que el
P. Flórez
q~isiera
acomodarse
á
la pronun–
ciación latina, que no reconoce nuestra 11,
como también
á
su ortografía, que no ad–
mite tal letra al principio de palabra, del
mismo modo que en el siglo xvm sucedió
en Italia con el nombre del P.
Llamptllas,
convertido en
Lampt'llas
al gusto italiano.
Impresas ya las anteriores líneas; llega á
nuestras manos un curioso Ms., intitulado
¡Jfanijntltts vt'rorrem aliquot zelo animarum
ülustrittm, seu flosculi
tit
campo Mexica11o
Provinci(l! Societatis :fesu .... decerpti,
donde
leemos que el P. Bernardino de los Llanos
ligata solutaque oratione Libros inscripsil
quorum alteri titulus institutiones
Poetic~,
alteri notationes circa prrecepta Grammati–
ces» (hoj. 101).- Las
notaticmcs
son, sin
' duda, las
Adue1·teucias
de que dimos cuenta
al núm. 55; y las
r'11stt'tutiones Poett'ct;,,
este
PoeHcarvm lnstitvh'onvm Liber
de que
ahora tratamos.
1
588.-Por auer deseado algunas per–
sonas doctas que declare con breuedad
algunas proposiciones de mis obras im–
pressas con algunas cosas concernientes
a ellas, y ser personas a quien deuo toda
'eneracion, escriuo este papel para cum-