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fÓN"
DE
LA
I.Á~Il~AS
aposento que debió servir de adoratorio, segi'in nuestra opinión :
la vista está tomada del lado del Inga - chungana.
Lámina tercera
Representa objetos de oro, que son muestras de la orfebrería
de los Cañaris.
U na corona de dimensiones considerables : tiene cuatro cuer–
pos ó partes. La ancha franja, que ceñía la frente y terminaba
en una placa con una cara de relieve : la gran pluma, de la cual
pendían vei nte y ocho laminitas, redondas, de oro: á un lado y
otro dos plumas menores. - L a cara es curiosa : Ja boca está
abierta: en la cabeza lleva un gorro, que Je cubre hasta las cejas,
y dos largos pendientes, con traza corno de cucharas de oro, cuel–
gan de las orejas. La nariz, esa g ran nariz piramidal que
f!S
el
rasgo distintivo de los Cañaris, "completa la fisonomía del masca–
rón de la corona.
Un adorno de oro para el pecho : lleva lam initas colgantes,
á manera de fleco, y dos mascarones, uno
á
cada lado.
Un casquillo, en forma de turbante delgad0, P. n cuya base
hay dos cabezas de un felino, con la boca abierta.
También otro casquillo, si n más adorn o que una planchita
semi - circular, móvil, de oro, e n el vértice. - Estos casqu illos
hacían parte de los bastones, que se representan en la lámina
siguiente.
U na argolla de oro para los brazos: es una corno manilla
con placas colgantes. - Los Cañaris, muy aficionados á la dan za,
procuraban que sus adornos de oro dieran sonidos ó hicieran
ruido, agitándose y golpeándose al c:::impás de los movimientos
del dan zante.
Lámina cuarta
En nuestro
Estudio lústórico sobre los Ca11aris, antiguos po–
Nadores de la p rovincia del A zuay e1t la R epúb/i'ca del Ecuador,
hablamos de ciertos bastones, que se habían encon trado en los
sepulcros descubiertos en Chordeleg; pero, corno allí mismo lo
advertimos, nosotros no habíamos logrado ver ninguno ele esos
bastones, y los describimos sólo de oídas.
En el año de 1899, se descubrió un sepulcro en el igsig,
y
entre varios otros objetos se encontró también un bastón, que
es precisamente el mismo que está representado en esta lámina.
De la vista y del estudio de este objeto, hemos deducido que
su importancia arqueológica es muy otra de la que nosotros ha–
bíamos atri buido á los tan ponderados bastones de los Cañaris.
¿ Qué eran estos llamados bastones ? ¿Qué objeto tenían?-
o eran propiamente bastones ó báculos, ya de autoridad, ya
para apoyo del cuerpo : e ran cetros, que los indígenas llevaban
en las manos, cuando <lanzaban ó bailaban, en sus festejos 6 fun–
ciones: pa rece que cada individuo tenía en cada ma no un bastón
ó más bien cetro.