-173 -
de la casa;
3?
fíuca-pa tata
mi padre;
cam-pa tata,
tu padre;
pai-pa tata,
sn pa–
dr~;
y
e~
pano,
nucún papa,
mi padre;
rn'in pcipa,
tu padre;
jáhiiin papa,
su
padre, etc.
Y volvjendo
á
nuestro propó. ito de que el pano es el idioma general de
las tribus que habitan en el ca ·ali no arece de fundamento nuestra aser–
ción. Durante lo. cuatro año. que h emos vivido n dicho río, viajamos mu–
cho en comp,lñía Je los pano , y en
di ~ tinta
oca iones pudimos notar, cómo
éstos se en ti nd en
per~
ctamente on lo · 'hipibos
y
cnnibos;
y
aún no otros
mismos nos 'irnos con frecuen cia en la n
"C'
idad de hablar con dichos infi .
le .
y
al dirigi rno
á
ello... ·en pan , no·· con te. taban bien, haciéndonos enten-
del' le llo... con e te i 1ioma Por lo enal juzo·arnos que e te trabajo, aúnqu
imperft'Cto, (µur . r el primero n
tn. len ·ua qu e va
á
v r la luz púbhca,)
b a de er de gran utilic1 ad para nue tros he rm ano. lo. mi ion ro q ue se ocu–
pan en aquellas regiones, en l rnini Lel'io ac rdoLal, n la archrn tarea de la
red
UCt~ió.n
<le lo infiele. a l seno .<le
h1
iglesia católica.
No ha duda qu cualquiera que
ar
ren la bi n las r eglas que <lamo ,
y
nue tro voeabulario pan , podrá
~n
poco tielnpo hablar con ba 'tante perfec–
ción este idioma y evitar
mtH.:ho
la ncr · por lo· cual
~s
nosotro hemo pa a–
do. E . •o a muy tri-te tener que vi
ir
y
viajar con llos, y no poder enten–
derlo ; pue adetnás de no er uno útil
á
aquellas Lribus que no hablan el
quechua, e tá
también~
muy expuo to
á
cua 1qui r perc:tnce.
Para que nu e tro3 lectores e conveuznn bi n de e ta verclall, vamos
á
referirl ·
Lm
ca o muy gracio o que no pa
ó
á no o
ros
en 1a mi i6n de Ca–
ahibo) n. P ro ante debemn · re ordar lo qne
ya
h mos dicho; e to es, que
lo habitant s d e ta mi ión demá · de .-u propio
i
1ioma, hablan el quechna.
qu lian aprendido ou el ro e
y
rnto ontinuo que Lienen
y
bau tenido con
la gente d Moyobamba, Tarapoto, Lama , etc.
En el año
1900,
e tábamo al frente de aquella misión ; por Enero del
mismo año apareció eu el Ucaya li ]a peste d l sarampión. No tardó el con–
tagio en llegar al pueblo·
y
por más me lioas higi"nica.
y
yjo·ilancia. que em–
pl amos para e\'Ítar que se propagase dicho on tagio, todo
fu"
inútil; debido
en gran parte, á la in<lol en ia
y
descLlido en que viven aquellas gentes. La
mortandad
fu"
espanto a; l ues de un as ciento ·incuE-n ta familia de qne cons–
ta
lu.
misión, n menos de <lo · m 8e nrnrirron
73
incli' i ]nos. Hubo día de
dos, tre ·
y
ha -ta cuatro eadn er
á los nal · tuyimo qne dar sep ultura;
porque, (hecha" rara
c p ion e.) todo .l pu eblo fué pre
u.
elel ontagio.
E to uceclí;1 r>or lo ' me e de Enero
T
F brero iel año
i~dica
lo.
En fay o l l mi mo apare ·ió la viru
0
la n Masi ea, (caserío
c1
1 río
U ayali)
y
cuando llegó la noticia
á
la mi ióu, Jl pánico foé general; (tal es
el horror que esto. indios tienen á dicha
n~
rrn oda 1). A fin, pues, de evi–
tar el contagio,
y
no tener que r e ·en inr
e
-ec
1
1
a: tu.u ele agra 1ables orno la
que pr0. enciamos durante ef contagio d l arampión, me
luí
á
ontamaná ·
en bu a de un tubito de vacuna para vacunarlo á todo . Ll evaba conmi–
go en la canoa cuatro bogas de los más racionale. del pueblo,
y
cua.nalle–
gamo
á
dicho pueblo de Contamaná, delante ele ellos ma hice vacuñar; a 1-
virtiéndole que aquello .ra un remedio efi r1z, l único ontra la vfru la.
¡Pero en vano! nadie puedo quitarl es ·u cree11cias
y .
up rti iones. Los
hombre.., e taban atónitos
y
omo fuera le sí;
por
fin
á
tanto · rnego ·como
le hi e, e 1ejaron va.cunar; pero no in gran mi -do. D re5reso
y
al apro–
xima rnos
á
la mi ión, mpe "
á
·notar que ('nanto
a ercv.l>an
ó,
nue.~ trn.
canoa, apena hablaban on mi boga , inmediatam nte se alejaban tapándo–
se las narices. Por qe pronto no caí en cuenta ohr lo que ocurría.
Llega~
23