GRAMÁTICA PANA
,
NOTICIA HISTORICA
Cuando las misiones del
Ucay~li
ofrecían una perspectiva alagü ña y un
porvenir lisonjero para lo misioneros ªl ostólico , brotó en aquella tierna vi–
ña, plantada entre los infieles chetebos la izaña d la discordia. Dividida
esta tribu en dos parcialidades que vivían enemistadas entre
í;
capitaneada.
una de ell as, por un tal Runcato, homhre de feroces in. tinto , que bajo la
capa de una mansedumbre fingida, abrigaba un natural vengati\ o
é
bi1 ócri–
ta; asaltó
á
sus paisanos de un modo traicionero
é
inesperado, victimando
á
varios junto con el P. mi ionero y religiorn lego que le acompañaba. Pero
aquel corazón de tigre no quedó satisfecho con aquella inocentes víctimas;
con su mal rjemplo y
fal.
a razones indujo
á
lo hi iho
cnnibo.
á
I rpe–
tuar el atroz crimen de a esinar
á
todos los mi ioneros existentes n ' aquellas
tribus; y no paró hasta ver satisfechos sus sanguinarios y crueles in tintos.
Perdidas, de un modo tan desa troso (con la in urrección de los hete–
bos,) las misiones del Ucayali, que con tantos sacrificios y privaciones habían
fundado los PP. de Ocopa, no desistieron e tos de su proyecto de evang liza–
ción, iniciado antes entre las tribus salvajes de dicho río y sus afluentes. En
1790 hicieron una tentativa para recuperar de nuevo aquellas conversiones
perdida·, acometiendo tan arriesgada y peligrosa empre a,
108
RR. PP. ar–
cLo Girbal y Mariano Marquez; y habiendo tenido bu na acogida de infieles,
en el año siguiente lograron fundar nna misión en la quebrada de arayacu
entre los infieles panos. Esta tribu e extendía hacia el
orte e dicha que–
brada, obre la orilla izquierda d l Ucayali; t nfa vecina al ur,
á
las tribus
de los chetebos, shipibos y cuni os; al E te y n la márgen opue. ta
á
los capa–
nahua ; por el Norte ya muy distantes á lo cocamilla
y
al Oe te á los pari .
En esta mi ión se convirtieron
á
la
fé
de ri to lo pano ;
y
durante un
siglo
fu é
el centro de todas las mi iones que el
onv~nto
de Ocopa tuvo en l
Ucayali; en un principio sus morador erñ.n sólo los pano ; pero despu' , vi–
no á resultar una población co rnopo1ita, ompuesta d pano ·, ettebo , shi pi–
bos
y
cunibo . Aquí fué donde e tuvo tanto año el infatigabl y c" lebre
P. Plaza, que más tarde en premio á sus trabajos apostólicos y en m" rito
á
sus relevantes cualidades fué electo obispo de Cuenca (Ecuador.)