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1
mo lo dice
1,
que e Dio
Diosca mana llu/lacnn.
y
no puede engaliar. ¡Oh
.Ala1í, mai jayacmi juclw
cu<in amar"'O
el pecado!
ca lwal .Alaú, mai chiqni-
i
Oh de venturado hombre,
yuc runacuna cai caita
que oye e to y no e en-
'tiyarishpapi hmanahuanac,
mieuda
y
no se vuelve á
mana Diosman cutü·icuc l
Dio ! Por e o os lo avi o
Ghaira·icu Diospac ranidi
de parte de Dio para que
cancwnannan caiia lvwillwni–
eumencléis vue tra vida y
mi
,
cancuna mane¿ alli
confeséis vuestros pecados.
cciusaslwannwita huananga-
pac, j11clwc11111ala confcsan-
l
gapcw.
Llorando decid: ¡Oh
Ghairaicu lniacasltpa coi-
eíior Dio ! libradno del
ta niichic: .Aa Dios Ya–
borrible infierno
y
de
yallal clwi man(;/tai wm
aquello
horrendos tor-
pachapao, ñcwaricuipac /ma–
mentos; dadnos vuestra
simanta qiúshpiohihuailla;
gracia para que bagamos
graciaiqtiiia cuhuai peni–
peuit ncia;
y
no permitáis
te,ncüitci 1-urcm_qapac; ñucn
que murnmos en pecado ;
amatao juolwpi liuaííuolmn,
mas daclnos buena muerte,
chin_qarichun; yallinrac a/li
para que
scapemo
de
huaniiii(t ciihuai, ohai 1tc1r
aquel mar ele torm ntos
caricui cuchannanta Can alU
y
seamos salvos por vues-
caslwaraic1¿ qm".s/IJpichilwai-
tra bondad. .Amén.
/la. Gltasna caolmn.
1
Véase la nota en la
pág.
726.
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