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y
trabajos!
1
Pues los sufri–
mientos que nos manda el
amante Padre celestial, pu–
rifican, santifican
y·
glori–
fican el alma2. Que sea–
mos clavado con Jesucristo
en Ja cruz, mortificándonos
por amor
íi
Dios, sufriendo
con paciencia
y
man e–
dumbre, para que en el
cielo seamos glorificado ,
en unión con Jesúsª· -
Esto lo pedimos de Dios
cuando rezamos: Hága e
tu
voluntad, a
í
en
Ja
tierra
como en el ci lo.
llaquimbnata
mwnapaya–
slmn
!
t
Ouyac Yayamanta
shamuc ñacal'icuicuna a1'i
abnata chuyachin, allichin,
umaichincuna
2.
Jesucristo–
lman shuclla crm:pi chaca–
lashca cashun, Dio raicn
asishpa, 11,palla niutsu hpa,
llambi~
shunguyuc cashpa,
ñucancltic Pai Jesucristo–
liuan slmcllri janac pachapi
sumaichishca cangapacª.
-
Gaita Dio manta malían–
chic, Munaiqui ntras/wa
cachun, hnashina ja1uwpn–
chapi shi?wJlatac rai paclta–
pi, nishpa.
1
Véase el Off. ancti Andrere, die 30Nov.
Ai-..T.I
T1mE.
A,
amino de perfección, c. 32: .., . . Gusto de la personas que
no osan pedir trabajos al eñor, que piensan que está en
esto el dárselos luego: no hablo en los que lo dejan por hu–
mildad, pareciéndoles que no
rán para sufrirlos, aunque
tengo para mí, que quien les da amor para pedir este medio
tan áspero para mostrarle, le dará para sufrirlos. ¿Querría
preguntar
á
los que por temor de que luego se los han de
dar no los piden, lo que dicen cuando suplican al eñor,
cumpla su voluptad en ellos?
Ó
es que lo dicen
¡
or decir
lo que todos, mas no para hacerlo.
·
2
Tob. 12, 13. Prov. 3,11.12. Hebr. 12,
5-7.
Apoc. 3. 19.
l
3
Rom.
17; 6, 6.
Gal.
5, 24.
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