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deremos, porque no hay remedio ninguno para salvarnos,
si no es en lo llano". Desta manera se iban adelantando
cada uno según máf; podía. El Capitán, conosciendo que
por aquella vía más presto se había de perder, iba muy
congojado; a pié, detrás de todos, el cacique que llevaba
un español atado, el cual se dejó caer por .una ladera, el
español por no ir detrás dél, lo soltó, que como se vió
libre, se juntó con la gente de guerra que era toda movida
por su mano; desde entonces los indios comenzaron
a.
dar más priesa a los e pañoles, ganándoles lo alto
y
echán–
doles piedras muy ·grandes. El camino era tan angosto que
no podían pelear ; el Capitán, habiendo echado delante
su caballo muy cansado, tomó otro de un español amigo
suyo, que como también se cansase saltó a las ancas de
su mesmo caballo. A ésta hora ya habían muerto al veci–
no de la ciudad de Los Reyes que dije .que era amo <le
aquel indio que los avi ó del alzamiento de la tierra. Pues
yendo el Capitán y el español ambos en el caballo, vino
nna piedra grande por la sierra abajo, que dió al Capitán
en un muslo y se lo hizo pedazo, , y cayeron del caballo
él y el otro español, el cual saltó en u caballo, y . el
Capitán quedó sentado en el uelo, los ojos puestos en al
' Íelo, pidiencfo a sus amigos le socorriesen; más como
la priesa era grande, y por ·ser el camino muy angosto
iban todos de uno en lmo, y la gente de guerra . por el
mismo camino y por lo alto dándoles mucha
p~·ie
a, no
lo pudieron socorr er, porque por poco que paraban, los
en migos e aprovechaban mejor dellos, teni.endo más lu–
gar de ganarles lo alto para echar piedra . Desta manera
se quedó el Capitán, donde le mataron, con el cual se
qúedó un esclavo suyo, el cual qui o má morir con él
que no vivir in él ; y, egún despué e supo por relación
de lo. mi. mos indios, peleó defendiéndo e a
í
y
a su
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