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que ya los contrario se le venían hasta poner encima
ele las paredes de su · apo ntos,
y
los caballos e taban
tales que no osaban :al:r con ello a pelear, porque co–
nociendo su flaqueza del todo no se le atreyie en. Con
este trabajo y peligro se sostuvier·on toda la noche, es–
perando el día siguiente remedio ninguno, los enemigo. ,
conoscienclo esto, ·comenzaron a decir cantando a voce:
muy altas: " :Mañana mataremos a esto· cristiano , porque
ya tienen cansadc los caballo
y
no se nos podrán por
ninguna vía e capar ". Las naboría · de lo españole , co–
mo lo entendían, l.loraban muy de corazón, ten:éudolo a. í
por muy cierto. \ iendo el apitán ·que si no usaba de algu–
na cautela, que como lo indios de ían era excu ado dejar
de morir, acuerda esa noche, sin er sentidos, irse con
toda la gente hácia \ íleas, por
1111
de poblado que para
salir a él hay pa o muy malo "
DE
terminado e to y he- ·
ches fuegos como la noche pa ada al cuarto de la prima,
con mucho silenc:o, alzaron real, llevanclo delante todo
lo indios e indias que hasta allí habían traído, por' no
dejallos
CD;
manos de los enemigos que aún no fué poca
virtud, pues se
aventura~an
ello a pErder por salvallos;
y
esta noche con demasiado trabajo ubieron al de pobla–
do, por donde caminaron tres días sin hallar re istencia .
Un día por la mañana, e tando en un pueblo para
partirse, comenzaron a parecer indios de guerra por lo
alto; a mucha prie ·a tomaron lo caballos,
y
por estar en
parte que no se podían aprovechar dello , salieron al ca–
mino y fueron por él ha ta dar en un llano, adonde los
enemigos los dejaron. El camino abajaba una quebrada
y parcscía de la otra parte una sierra muy alta ; pregun–
tado a el indio que los llevaba si había otro camino dijo
que no, que por fuerza habían ele bajar abajo y subir
n la ierra. Viendo el Capitán que lo impo ible no se