crueles tiranos que andauan fuera del seru1c10
y
vasalhi.jeque deuian a su rey y señor natural. El
Presidente despacho a los mensajeros, respondien·
do a
1.ascartas missiuas que Jos capitanes le auian
embiado, con mucha y buena crian<;;a, dandoles ,
las gracias de Jo que hauial). hecho y alabandoles
la fidelidad que tenian al seruicio de Su ::v.Iagestad,
y que
co.mobuenos y leales vasallos perseueras–
sen en el hasta en fin de la jornada. Estas cosas
con otras muchas les embio a dezir por sus car-
__.
tas, auisandoles lo que auian de hazer, con las
quales, todos los capitanes y soldados resciuieron
gran contento y plazer, y notaron bien la buena
cortesia, en la forma y manera de como les res·
pondia, y <lemas desto, los mensajeros alabaron
su affabilidad y mansedumbre que mostraua té–
ner con tóelos. Dexado esto aparte, el Presidente
tuuo noticia de la gran pujanca de gente que Die–
go Centi:;no tenia, y de como se auian ajuntado
con el, en buena amistad y concordia, los capita–
nes A lonso de Mendo <;;a y Juan de Siluera en·
d
pueblo de Paria. Assi mismo supo que el gran ti–
rano, como hombre desesperado, auia desampa–
rado Ja ·cibdad de los Reyes, porque todas las: vi :
llas, cibdades y lugares le negauan .a porfia; y que
se yua huyendo hazia la cibdad de Arequipa con
mucha gente que Je seguia, lleuando - muchos yn–
d t9s
y
azemilas cargadas de mucha riqueza,,
y
de
su ropa
y
fardaje de los soldados. De todas estas
buenas andan<;;as
y
prosperas suscesos que siem- ·