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ya, gloria a Dios
y
a Nuestra Sefiora, esta uan en
sal uo
y
fuera de todo peligro. El Presidente quan–
do oyo estas nueuas se holgo en gran manera,
y
alabo a Dios
y
a Sancta Maria su madre por tan–
to bien como auia hecho a los marthenses,
y
aun
a los de Cartagena, en los auer librado de tan gran
peligro, porque tuuieron creydo ser muertos, o
presos ,
y
robadas sus mugeres [y] haciendas,
·como se dezi§l en muchas partes; mas tornoseles
a los franceses el sueño del perro. Los cosarios
que fueron presos, dellos murieron en esta cib–
dad de cierta enfermedad que les dio, y otros fue–
ron lleuados presos a España porque eran luthe–
ranas; mas en fin y al cabo los marthenses fueron
libres de peligro,
y
segun uvo fama, quedaron ri–
-cos de lo .que tomaron en el nauio y en el pata–
je. Cie.rtamente si supieran los cibdadanos lo que
auia en el otro nauio, lo acometieran primero y
fueran tras el, por gozar de Ja buena presa que
lleuaua; mas con todo esto se fortifficaron muy
bien con el artilleria
y
arcabuzeria qu_e les
to~
maron.