sen, aunque ya otras vezes lo auia mandado,.
y
agora por su respecto dexaron de pelear. Como
Jos sobrinos 'de Montezuma, que eran Cuytlahuac,
y A xayacatzin, vieron el poder tan absoluto que
tenia el gran Cortes en el mando y -señorío,
y
cle como no soltauan a su tio, y de quan mal los
auian tratado, determinaron de hecho
al ~arsse
otra vez contra ellos, y assi embiaron a llamar se–
cretamente a todo.s los caziques y principales yn–
dios que auia en toda la comarca. Assi mismo
embiaron a llamar a todos los capitanes yndios
que estauan en fronteras, para que viniessen . con
sus soldados a matar a los
Cua12a~aheg~ ,
que
quiere dezir, los ensombrerados,
y
tambien los
llamauan thetheu, que quiere dezir hijos de los
dioses. Despues de venidos gran multitud dellos,
luego tomaron las armas y
comer:~aron
de hazer
Ja guerra descubiertamente contra los xpianos,
y
l,uego al principio mataron quatro españoles que
auian salido de Ja casa fuerte a busear de comer
entre los yndios, y _en continente dieron sobre los
xpianos. Desla manera se
comen~aron
las guerras
yndianas, que fueron asaz terribles y muy espan–
tosas y bien peligrosas, y el gran Cortes, ni los
suyos, no perdieron por ello punto de animo, an–
tes salieron a ellos y mataron muchos, mas no
po..r esso dexaron la guerra, sino que con gran
fu–
ria peleauan de noche y de d ia, que los yndios
andauan a rremuda. El gran Cortes viendo como
estauan cercados, muchas vezes salio con los su-